En este segundo Iibro·de la presente colección (el primer libro trató el tema de Historia Urbana), se incluyen trabajos que se refieren a la discusión que se inicia con la introducción del concepto de globalización y que, de acuerdo a algunos autores, pone en cuestión el, papel que juega el territorio en los procesos de acumulación. Es decir, se plantea un proceso de desterritorialización producto del acelerado desarrollo de las tecnologías de comunicación, en términos de una interconexión simultánea e inmediata de espacios que tienden a homogeneizarse.

Sin embargo, otros autores consideran que así como la introducción de la televisión no desplazó a la radio, igualmente la tecnología informática globalizante no tiende a disminuir o anular la importancia del territorio, por más que las distancias se cierren o tiendan a desaparecer. La idea de que el desarrollo de la informática tiende a desplazar al territorio está más bien referida a la concepción funcionalista que concede una gran importancia a la distancia para explicar la diferenciación territorial. Sin embargo, este reduccionismo ignora al territorio (y sus cualidades, inherentes y socialmente dadas), como soporte material fundamental de los procesos económicos, políticos, sociales y culturales que constituyen el entramado de la reproducción humana. por otro lado, en el trabajo de Blanca Ramírez que aquí incluímos, se va aun más lejos, pues esta autora hace un interesante desarrollo en torno a la ambigüedad que subyace al concepto de globalización: "(...) nos encontramos con que tiene muy diversas acepciones, hecho que confunde más que aclarar en dónde estamos y hacia dónde vamos en relación a la comprensión de la realidad contemporánea (…)" Sin embargo, independientemente de la posesión que se maneje, los autores están implícita y explícita de acuerdo respecto al planteamiento que hace Luis Fernando Ocampo en este mismo libro: "Las nuevas condiciones globales de la producción y del comercio parecen provocar la pérdida del referente nacional, ya que hay fuerzas estructurales sobre las cuales los gobiernos poco pueden hacer. Es evidente la merma de soberanía y los estrechos márgenes de libertad con que cuenta el Estado para orientar e incidir sobre procesos económicos y sociales".