TABAQUERÍA
/ Tabacaria
|
Sobre sus heterónimos
señaló:
No podrá decirse
que son anónimos o seudónimos, pues en realidad no lo son.
La obra seudónima es la del autor en su personalidad, salvo en el
nombre con que firma: la heterónima es la del autor fuera de su
personalidad, es una individualidad completa fabricada por él, como
si fueran los parlamentos de cualquier personaje de cualquier drama suyo.
|
*Alvaro
de Campos fue el heterónimo más conocido de Fernando Pessoa
(Lisboa, 1888-1935). Ideados como autores independientes, Alberto Caeiro,
Ricardo Reis y De Campos se convirtieron en las voces que acompañaron
a Pessoa en su corta vida. De carácter retraído, sólo
publicó en vida un libro, Mensaje, un año antes de
morir.
Versión de Miguel
Ángel |
|
Nao
sou nada.
Nunca serei nada.
Nao posso querer ser nada.
A parte isso, tenho em mim
todos os sonhos do mundo.
Janelas do meu quarto,
Do meu quarto de um dos
milhoes do mundo que ninguém sabe quem é
(E se soubessem quem é,
o que saberiam?),
Dais para o mistério
de uma rua cruzada constantemente por gente,
Para uma rua inacessível
a todos os pensamentos,
Real, impossivelmente real,
certa, desconhecidamente certa,
Com o misterio das coisas
por baixo das pedras a dos seres,
Com a morte a por humidade
nas paredes a cabelos brancos nos homens.
Com o Destino a conduzir
a carroca de tudo pela estrada de nada.
Estou hoje vencido, como
se soubesse a verdade.
Estou hoje lúcido,
como se estivesse para morrer,
E nao tivesse mais irmandade
com as coisas
Senao uma despedida, tornandose
esta casa e este lado da rua
A fileira de carruagens
de um comboio, e uma partida apitada
De dentro da minha cabeça,
E uma sacudidela dos meus
nervos e um ranger de ossos na ida.
Estou hoje perplexo como
quem pensou a achou e esqueceu.
Estou hoje dividido entre
a lealdade que devo
Á Tabacaria do outro
lado da rua, como coisa real por fora,
E á sensaçao
de que tudo é sonho, como coisa real por dentro. |
|
No
soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte eso, tengo en mí
todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los
millones del mundo que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién
es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una
calle cruzada constantemente por gente,
a una calle inaccesible
a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real,
cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas
por debajo de las piedras y de los seres,
con la muerte poniendo humedad
en las paredes y cabellos blancos en los hombres.
Con el Destino conduciendo
la carroza de todo por el camino de nada.
Estoy hoy vencido, como si
supiese la verdad.
Estoy hoy lúcido,
como si fuese a morirme,
y no tuviese más
hermandad con las cosas
que una despedida, volviéndose
esta casa y este lado de la calle
la hilera de vagones de
un tren, y una partida pitada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios
y un crujir de huesos en la ida.
Estoy hoy perplejo como quien
pensó y encontró olvido.
Estoy hoy dividido entre
la lealtad que le debo
a la Tabaquería del
otro lado de la calle, como cosa real por fuera
y a la sensación
de que todo es sueño, como cosa real por dentro. |
|
|
Falhei
em tudo.
Como nao fiz propósito
nenhum, talvez tudo fosse nada.
A aprendizagem que me deram,
Desci dela pela janela das
traseiras da casa.
Fui até ao campo
com grandes propósitos.
Mas 1á encontrei
só ervas e árvores,
E quando havia gente era
igual á outra.
Saio da janela, sento-me
numa cadeira. Em que hei-de pensar?
Que sei eu do que serei,
eu que nao sei o que sou?
Ser o que penso? Mas penso
ser tanta coisa!
E há tantos que pensam
ser a mesma coisa que nao pode haver tantos!
Génio? Neste momento
Cem mil cerebros se concebem
em sonho génios como eu,
E a história nao
marcará, quem sabe?, nem um,
Nem haverá senao
estrume de tantas conquistas futuras.
Nao, nao creio em mim.
Em todos os manicómios
há doidos malucos com tan certezas!
Eu, que nao tenho nenhuma
certeza, sou mais certo ou menos certo?
Nao, nem em mim...
Em quantas mansardas a nio-mansardas
do mundo
Nao estao nesta hora génios-para-si-mesmos
sonhando?
Quantas aspiraçoes
altas e nobres e lúcidas -
Sim, verdadeiramente altas
e nobres e lúcidas -, |
|
Fallé
en todo.
Como no me hice propósito
alguno, tal vez todo fuese nada.
Del aprendizaje que me dieron,
me descolgué por
la ventana de detrás de la casa.
Fui hasta el campo con grandes
propósitos.
Pero allí encontré
sólo yerbas y árboles,
y cuando había gente
era igual que la otra.
Salgo de la ventana, me
siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¿Qué sé
yo de lo que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso?
¡Pero pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que
piensan que son lo mismo que no puede haber tantos!
¿Genio? En este momento
cien mil cerebros se conciben
en sueños genios como yo,
y la historia no destacará
¿quién sabe?, ni uno solo,
ni quedará sino estiércol
de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios
hay locos chalados con tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna
certeza, ¿soy más cierto o menos cierto?
No, ni en mí...
¿En cuantas buhardillas
y no buhardillas del mundo
no estarán a esta
hora genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones
altas y nobles y lúcidas
—sí, verdaderamente
altas y nobles y lúcidas—, |
|
|
E
quem sabe se realizáveis,
Nunca verao a luz do sol
real nem acharao ouvidos de gente?
O mundo é para quem
nasce para o conquistar
E nao para quem sonha que
pode conquistá-lo, ainda que tenha razao.
Tenho sonhado. mais que
o que Napoleao fez.
Tenho apertado ao peito
hipotético mais humanidades do que Cristo,
Tenho feito filosofias em
sagredo que nenhum Kant escreveu.
Mas sou, e talvez serei
sempre, o da mansarda,
Ainda que nao more nela;
Serei sempre o que nao nasceu
para isso;
Serei sempre só o
que tinha qualidades;
Serei sempre o que esperou
que lhe abrissem a porta ao pe de uma parede sem porta,
E cantou a cantiga do Infinito
numa capoeira,
E ouviu a voz de Deus num
poço tapado.
Crer em mim? Nao, nern em
nada.
Derrame-me a Natureza sobre
a cabeça ardente
O seu sol, a sua chuva,
o vento que me acha o cabelo,
E o resto cue venha se vier,
ou tiver que vir, ou nao venha
Escravos cardiacos das estrelas,
Conquistamos todo o mundo
antes de nos levantar da cama;
Mas acordamos e ele é
opaco,
Levantamo-nos e ele é
alheio,
Saimos de casa a ele é
a terra inteira,
Mais o sistema solar e a
Via Láctea e o Indefinido.
(Come chocolates, pequena;
Come chocolates!
Olha que nao há mais
rnetafisica no mundo senao chocolates.
Olha que as religioes todas
nao ensinam mais que a confeitaria.
Come, pequena suja, come!
Pudesse eu comer chocolates
com a mesma verdade com que comes!
Mas eu, penso, e ao tirar
o papel de prata, que é de folhas de estanho,
Deito tudo para o chao,
como tenho deitado a vida.)
Mas ao menos fica da amargura
do que nunca serei
A caligrafia rápida
deste versos,
Pórtico partido1
para o Impossível.
Mas ao menos consagro a
mim mesmo um desprezo sem lagrimas
Nobre ao menos no gesto
largo com que atiro
A roupa suja que sou, sem
rol, pra o decurso das coisas,
E fico em casa sem camisa.
(Tu, que consolas, que nao
existes a por isso consolas,
Ou deusa grega, concebida
como estátua que fosse viva,
Ou patrícia romana,
impossivelmente nobre e nefasta,
Ou princesa de trovadores,
gentilíssima e colorida,
Ou marquesa do século
dezoito, decotada e longínqua,
ou cocote célebre
do tempo dos nossos pais,
Ou nao sei que moderno -nao
concebo bem o que-,
Tudo isso, seja o que for,
que sejas, se pode inspirar que inspire!
|
|
Y
quién sabe si realizables,
nunca verán la luz
del sol real ni encontrarán oídos de gente?
EI mundo es para quien nace
para conquistarlo
y no para quien suena que
puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más
que lo que Napoleón hizo.
He apretado al pecho hipotético
más humanidades que Cristo,
he hecho filosofías
en secreto que ningún Kant escribió.
Pero soy, y tal vez seré
siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que
no nació para eso;
seré siempre sólo
el que tenía cualidades;
seré siempre el que
esperó que le abriesen la puerta junto a una pared sin puerta,
y cantó la canción
del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios
en un pozo tapado.
¿Creer en mí?
No, ni en nada.
Derrámeme la Naturaleza
sobre la cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento
que me encuentra el cabello,
y el resto que venga si
viniere, o tuviere que venir, o que no venga.
Esclavos cardiacos de las
estrellas,
conquistamos todo el mundo
antes de levantarnos de la cama;
pero despertamos y él
es opaco,
nos levantamos y él
es ajeno,
salimos de casa y él
es la tierra entera,
más el sistema solar
y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, pequeña;
¡come chocolates!
Mira que no hay más
metafísica en el mundo sino chocolates.
Mira que las religiones
todas no enseñan más que la confitería
¡Come, pequeña
sucia, come!
¡Pudiera yo comer
chocolates con la misma verdad con que los comes!
Pero yo pienso y, al sacar
el papel de plata, que es de hojas de estaño,
lo tiro todo al suelo, como
he tirado la vida.)
Pero al menos queda la amargura
de lo que nunca seré
la caligrafía rápida
de estos versos,
pórtico quebrado1
ante lo Imposible.
Pero al menos me consagro
a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble al menos en el gesto
ancho con el que tiro
la ropa sucia que soy, sin
lista, al decurso de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas,
que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida
como estatua que fuese viva,
o Patricia romana, imposiblemente
noble y nefasta,
o princesa de trovadores,
gentilísima y coloreada,
o marquesa del siglo dieciocho,
escotada y lejana,
o cocotte célebre
del tiempo de nuestros padres,
o no sé que moderno
no concibo bien el que,
todo eso, sea lo que fuere
que seas, si puede inspirar, ¡que inspire! |
|
|
Meu
coraçao é um balde despejado.
Como os que invocam espíritos
invocam espíritos invoco2
A mim mesmo e nao encontro
nada.
Chego a janela a vejo a
rua com uma nitidez absoluta.
Vejo as lojas, vejo os passeios,
vejo os carros que passam,
Vejo os entes vivo vestidos
que se cruzam,
Vejo os caes que também
existem,
E tudo isto me pesa como
uma condençao ao degredo,
E tudo isto é estrangeiro,
como tudo.)
Vivi, estudei, amei, e até
cri,
E hoje nao há mendigo
que eu nao inveje só por nao ser eu.
Olho a cada um os andrajos
e as chagas e a mentira,
E penso: talvez nunca vivesses
nem estudasses nem
amasses nem cresses
(Porque é possível
fazer a realidade de tudo isso sem fazer nada disso);
Talvez tenhas existido apenas,
como um lagarto a quem cortam o rabo
E que é rabo para
aquém do lagarto remexidamente.
Fiz de min o que nao soube,
E o que podia fazer de mim
nao o fiz.
O dominó que vesti
era errado.
Conheceram-me logo por quem
nao era e nao desmenti, e perdi-me.
Quando quis tirar a máscara,
Estava pegada á cara.
Quando a tirei e me vi ao
espelho,
Ja tinha envelhecido.
Estava bêbado, já
nao sabia vestir o dominó que nao tinha tirado.
Deitei fora a máscara
e dormi no vestiário
Como um cao tolerado pela
gerência
Por ser inofensivo
E vou escrever esta história
para provar que sou sublime.
Essencia musical dos meus
versos inúteis,
Quem me dera encontrar-te
como coisa que eu fizesse,
E nao ficasse sempre defronte
da Tabacaria de defronte,
Calcando aos pés
a consciência de estar existindo,
Como um tapete em que um
bêbado tropeça
Ou um capacho que os ciganos
roubaram a nao valia nada.
Mas o Dono da Tabacaria
chegou a porta e ficou a porta.
Olho-o corn o desconforto
da cabeça mial voltada
E corn o desconforto da
alma mal-entendendo.
Ele morrerá e eu
morrerei.
Ele deixará a tabuleta,
eu deixarei versos.
A certa altura morrerá
a tabuleta também, e os versos também.
Depois de certa altura morrerá
a rua onde esteve a tabuleta,
E a língua em que
foram escritos os versos.
Morrerádepois o planeta
girante em que tudo isto se deu
Em outros satéites
de outros sistemas qualquer coisa como gente
Continuara fazendo coisas
como versos a vivendo por
baixo de coisas como tabuletas,
Sempre uma coisa defronte
da outra,
Sempre uma coisa tao inúil
como a outra,
Sempre o impossível
tao estúpido como o real,
Sempre o misterio do fundo
tao certo como o sono de misterio da superficie,
Sempre isto ou sempre outra
coisa ou nem uma coisa ner outra. |
|
Mi
corazón es un cubo vaciado.
Como los que invocan espíritus
invocan espíritus me invoco
a mí mismo y no encuentro
nada.
Me asomo a la ventana y
veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, veo las
aceras, veo los coches que pasan,
veo los entes vivos vestidos
que se cruzan,
veo los perros que también
existen,
y todo esto me pesa como
una condena al destierro,
y todo esto es extranjero,
como todo.)
Viví, estudié,
amé, y hasta creí,
y hoy no hay mendigo que
no envidie sólo por no ser yo.
Le miro a cada uno los andrajos
y las llagas y la mentira,
y pienso: tal vez nunca
vivieses ni estudiases ni amases ni creyeses
(porque es posible hacer
la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
tal vez hayas existido sólo,
como un lagarto al que le cortan el rabo
y que es rabo aquende el
lagarto meneadamente.
Hice de mí lo que
no supe,
Y lo que podía hacer
de mí no to hice.
El dominó que vestí
estaba equivocado.
Me conocieron en seguida
por quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme la
máscara,
estaba pegada a la cara.
Cuando me la quité
y me vi al espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, ya no sabía
vestir el dominó que no me había quitado.
Tiré la máscara
y dormí en el vestuario
como un perro tolerado por
la administración
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia
para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos
inútiles,
quien me diera encontrarte
como a una cosa que yo hiciese,
no quedase siempre enfrente
de la Tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia
de estar existiendo,
como una alfombra en la
que un borracho tropieza
o un felpudo que los gitanos
robaron y que no valía nada.
Pero el Dueño de
la Tabaquería se asomó a la puerta y se quedó a la
puerta
Lo miró con la incomodidad
de la cabeza mal vuelta
y con el desconsuelo del
alma mal-entendiendo.
Él morirá
y yo moriré.
Él dejará
el letrero, yo dejaré versos,
En determinado momento morirá
el letrero también, y los versos también.
Después de determinado
momento morirá la calle en donde estuvo el letrero,
y la lengua en la que fueron
escritos los versos.
Morirá después
el planeta girante en que todo esto pasó.
En otros satélites
de otros sistemas cualquier cosa como gente
continuará haciendo
cosas como versos y viviendo por debajo de cosas como letreros,
siempre una cosa enfrente
de la otra,
siempre una cosa tan inútil
como la otra,
siempre lo imposible tan
estúpido como lo real,
siempre el misterio del
fondo tan cierto como el sueño de misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra
cosa o ni una cosa ni otra. |
|
|
Mas
um homem entrou na Tabacaria (para comprar tabaco?),
E a realidade plausível
cai de repente em cima de mim.
Semiergo-me energico, convencido,
humano,
E you tencionar escrever
estes versos em que digo 0 contrario.
Acendo um cigarro ao pensar
em escreve-los
E saboreio no cigarro a
liberta~ao de todos os pensamentos.
Sigo o fumo como uma rota
propria,
E gozo, num momento sensitivo
a competente,
A libertaçao de todas
as especulaçoes
E a consciência de
que a metafsica é uma consecuencia de estar mal disposto.
Depois deito-me para trás
na cadeira
E continuo fumando.
Enquanto o Destino mo conceder,
continuarei fumando.
(Se eu casasse com a filha
da minha lavadeira
Talvez fosse feliz.)
Visto isto, levanto-me da
cadeira. Vou a janela.
O homem saiu da Tabacaria
(metendo troco na algibeira das calças?).
Ah, conheço-o; e
o Esteves sem metafisica.
(O Dono da Tabacaria chegou
a porta.)
Como por um instinto divino
o Esteves voltou-se e viu-me.
Acenou-me adeus, gritei-lhe
Adeus o Esteves!, e o universo
Reconstruiu-se-me sem ideal
nem esperança, e o Dono da tabacaria sorriu. |
|
Pero
un hombre entró en la Tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible
cae de repente encima de mí.
Me incorporo enérgico,
convencido, humano,
y voy a intentar escribir
estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un pitillo al pensar
en escribirlos
y saboreo en el pitillo
la liberación de todos los pensamientos.
Sigo el humo como a una ruta
propia,
y gozo, en un momento sensitivo
y competente,
la liberación de
todas las especulaciones
y la conciencia de que la
metafísica es una consecuencia de estar malhumorado.
Después me echo hacia
atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras el Destino me lo
conceda, continuaré fumando.
(Si yo me casara con la hija
de mi lavandera
tal vez fuese feliz.)
Visto esto, me levanto de
la silla. Voy a la ventana.
El hombre salió de
la Tabaquería (metiendo el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah lo conozco: es el3
Esteves sin metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería
se asomó a la puerta.)
Como por un instinto divino
el Esteves se volvió y me vio.
Me hizo señas de
adiós, le grite: ¡Adiós Esteves!, y el universo
se me reconstruyó
sin ideal ni esperanza, y el dueño de la tabaquería sonrió. |
|
|
Notas
1Nótese
la ambigüedad literaria y lingüística de este participio.
En la traducción se optó por deshacerla, interpretando el
verso de la manera que parece más coherente.
2Podría
pensarse en un descuido de redacción o de tipografía ante
esta repetición. No existe manuscrito de este poema —o no se ha
encontrado— que fue dado a publicar (vid. Índice de las Poesías
de a.c.) por el propio Pessoa. Cotejada la publicación primera,
el verso es correcto. En principio, lingüísticamente no repugna
la lectura tal como está, pues puede tratarse de una eniatización
deliberada. No obstante, mantengo mis reservas sobre el verso e indico
una lectura sin duplicación.
3
En portugués
los nombres propios suelen llevar artículo, especialmente los de
persona. En español no es raro usar el artículo cuando se
habla en el nivel coloquial, cuando hay mucha confianza y la conversación
se refiere a un tercero, presente o ausente. En el caso concreto de este
paso del poema, hay una indudable atmósfera de confianza, por lo
que pareció conveniente darle un matiz coloquial, familiar, usando
el artículo.• |
|
|