La Danza de la Conquista de México
en la Costa Chica: fragmento de historia oral*

*Carlo Bonfiglioli 

La Danza de la Conquista de México tiene una amplia difusión no sólo en territorio mexicano sino también en América Central e incluso en otros continentes. Concordamos con Jáuregui1 en que su extensión debe haber sido mayor que la que nos permiten vislumbrar los estudios aparecidos sobre ella. Se tiene registro de su representación en España,2 Filipinas,3 Las Antillas (hoy República Dominicana) (Henríquez Ureña, 1960: 712), Panamá (Cheville, 1964),4 El Salvador (Matos, 1979) y Guatemala.5

En México esta danza se ha difundido en tres grandes regiones: sur (Guerrero y Oaxaca), oriente (Puebla y Veracruz) y occidente (Jalisco y Nayarit). En cambio, brilla por su ausencia en la región que fue teatro principal de los acontecimientos representados: el altiplano central.6

De acuerdo a una reconstrucción de testimonios orales, en la región de la Costa Chica las cosas se dieron de la siguiente manera.

Acatepec, el primer centro difusor 

"Anteriormente", dice don Pedro Ignacio Feliciano, anciano indígena de Tlacoachistlahuaca, persona curiosa y apasionada, "en Tlacoachistlahuaca sólo se bailaban los Doce Pares…", pero en otros poblados cercanos —como Acatepec, Ometepec o Xochistlahuaca— la Danza de la Conquista tenía arraigo. De repente a una persona "de gusto" se le ocurre hacer algo nuevo. Así pasó con Amancio Reyes en 1949, el mayordomo que invitó por vez primera a un maestro de Acatepec para que montara la danza en Tlacoachistlahuaca. 

Don Pedro me aclara que en los años cuarenta entre los fieles de Acatepec y los de Tlacoachistlahuaca existía un intercambio de "promesas": durante las respectivas fiestas patronales unos y otros fieles se devolvían las visitas con propósitos religiosos.

Dice don Pedro: 

    En ese tiempo sí iba mucho la música de aquí y aquéllos también venían. Pero ya a lo último nosotros pensamos a invitar la danza de allá. Antes ellos venían nomás a su promesa, pero después querían que uno invitara… [esto es, que les pagaran los gastos]. El maestro me decía: "Mira, don Pedro, yo voy a enseñar la danza y no voy a cobrar ni un cinco, yo voy a hacer eso por promesa a la Virgen. El único [que] queremos [es] que ustedes vengan el día que se va a hacer ensayo". Pero ellos lo que querían es que nosotros lleváramos la bebida porque como sabían que aquí hay fábrica [de aguardiente], y que lleváramos la cena cuando terminaba la batalla. 

Al cabo de un tiempo, los tlacoacheños quisieron tener su propia danza: "Nosotros tuvimos que ir pero a lo último le dije yo [a los principales de Tlacoachistlahuaca]: `Oye, qué andamos buscando los gastos, qué andamos haciendo allá, mejor vamos a poner la danza aquí'. Ese maestro vino dos veces. Los mayordomos pagaron para que viniera a enseñar la danza aquí". 

Don Pedro señala también que la danza de Acatepec continuó visitando Tlacoachistlahuaca, incluso cuando la gente del poblado había ya instaurado su representación de la Conquista. De esta manera habían dos grupos de la Conquista que actuaban simultáneamente a pocos metros unos de otros y bajo la supervisión del maestro de Acatepec. No obstante, a los pocos años de haberse introducido la danza en Tlacoachistlahuaca, la costumbre de las visitas se interrumpió.

Al respecto, Gildardo Díaz, maestro de danza en en este último pueblo, nos brinda otra interpretación: 

    Mire, yo le voy a decir la pura neta. Aquí la gente es muy de gusto, aquí la gente son elegantes, les gusta vestirse bien y los de puntos más principales [por] que los de Acatepec ya no vinieron. Y los de Tlacoachistlahuaca al no venir ellos ya no fueron allá. Ese fue el motivo, no fue otra cosa y mucho[s] de ellos lo manifestaron.

Después de haber entendido cómo se había introducido la danza en Tlacoachistlahuaca, intenté reconstruir con don Pedro las vicisitudes de la misma en una región más grande y pronto me di cuenta de que todos los caminos conducían a Acatepec, el pueblo que todos indicaban como el lugar del comienzo. Tampoco me quedaba claro quién había sido el maestro que había enseñado la danza por primera vez allí en Tlacoachistlahuaca. Arnulfo, Rodolfo... don Pedro no lograba acordarse bien. 

Lo que sí tenía nítido en la mente era el lugar de procedencia: Acatepec. E incluso el nombre de la persona que en aquella época fue maestro de todos los maestros, esto es, el iniciador de la danza en Acatepec. Casimiro, se llamaba el señor. También había conocido en una ocasión al hermano de quien introdujo la danza en Tlacoachistlahuaca, "un tal Bartolo no-sé-qué", quien, según él, aún vivía allá, en aquel pueblo. Al saber eso le solicité a don Pedro: "¿Usted no me acompañaría a buscar a ese señor?" 

Al día siguiente estábamos en Acatepec, poblado nahua-mestizo situado a 20 minutos en taxi de Ometepec. Dato curioso e inesperado: la escuela primaria lleva el nombre de Hernán Cortés, personaje que en la danza que nos ocupa es ridiculizado en las escenas finales. Como en los viejos tiempos, don Pedro pasó primero por la iglesia a saludar a la Virgen de los Remedios. Llegamos luego a la casa de Bartolo de la Cruz, persona con trato cálido, amable hasta en la mirada. Rápidamente llegaron a rememorar lo que los había unido medio siglo antes. Noté en los ojos de ambos cómo esos recuerdos fluían “en la marcha” y con velada nostalgia:

“En aquel tiempo sí estábamos más nuevos. Cuando se llevó la danza en Tlacoachistlahuaca ¡híjole!, la querrían de corazón… Y a la gente le gustaba que se fueron allá a Tlacoachistlahuaca el 8 de diciembre... Y luego vinieron más a pedir la danza...", dijo Bartolo. 

Don Pedro asintió, dando a entender que estaba entre los tlacoacheños que iban hasta Acatepec para solicitar la presencia de la danza. 

 
 
* Capítulo del libro La epopeya de Cuauhtémoc en Tlacoachistlahuaca, que será editado en breve por la Dirección de Difusión Cultural de la UAM. En su versión original, fue la tesis del autor para recibirse como doctor en ciencias antropológicas, bajo la asesoría del doctor Roberto Varela, quien prologará el volumen. 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

 

 

 

 

 

 

    El que dio principio a la Danza de la Conquista en Acatepec fue Casimiro Jiménez. Ese señor no fue de aquí. Vino de por allá, de aquel lado de aquel cerro, de Guadalupe, de Huixtepec. Cuando ese señor dio principio a esa danza, aquí no la conocíamos. Aquí [en la región] se comenzó la Danza de la Conquista por ese señor de allá. Y ahora sí, de allí para allá dicen que un señor de Ometepec tenía la historia completa. Efrén Sandoval se llamaba ese señor, que también ya es finado. Y ése le acabó de ampliar la historia de la Conquista... ese señor le dio las relaciones que le hacían falta a aquel finado Casimiro. 

    Casimiro fue maestro de mi hermano Adolfo. Él [Adolfo] comenzó a bailar chiquillo, primero de Negrito, con la cartilla más sencilla. Ahí comenzó, y bailando y bailando ya iba cambiando cartilla y cambiando cartilla hasta que llegó a ser el general Cortés. Y allí, pues agarró la onda. 

    Él fue el que nos lo enseñó a todos. Aquí, en Azoyú, San Luis Acatlán, Cuajinicuilapa, él anduvo mucho. Anduvo trabajando con el finado Fidel Ruiz... Un día, casi que en frente de todos, Casimiro y Adolfo hicieron una conformidad con este Fidel, se pusieron de acuerdo para trabajar parejo. Luego, mi hermano Adolfo le pasó la historia a mi hermano Chico [Francisco de la Cruz]. Y ya después de eso me tocó a mí. 

    Yo veía que también ya… [es decir, que por viejo Adolfo ya no podía enseñar más]. "Hermano ya", le decía yo, "pásame la historia o véndemela, a ver si podemos chambear nosotros". "¿Y qué, de veras?", dijo. "Sí", dije yo. "Cuando téngamos algún trabajo te vamos a pasar algo para que comas". "Órale pues", y me da todas las relaciones. Las saqué en limpio, como yo puedo hacer [escribir], saqué todo. Que luego me sale un trabajito y yo le regalé 25,000 a mi hermano; luego mi sobrino que comenzó a trabajar conmigo le regaló 50,000 y ya quedó contento.

    "Y otra vez que haya otra movida te damos más"… y así fue que me hizo responsable de todo. Así yo tengo ahí todas las relaciones y aumento de relaciones que me las dio un maestro de Ometepec que se llamaba Pedro Rodríguez… 

Bartolo dice que no conoce la fecha de los comienzos. No obstante, es posible fechar la introducción de la danza a partir de los siguientes datos: 1) Cuando Casimiro enseñó por primera vez la danza en Acatepec, Adolfo bailó de Negrito; 2) Bartolo sabe que en ese entonces Adolfo "estaba chiquillo", lo que quiere decir que tenía aproximadamente 10 o 15 años; 3) Adolfo nació aproximadamente en 1900, ya que le llevaba alrededor de 20 años a Bartolo, quien a su vez dice haber nacido en 1920; 4) Por lo tanto, la introducción de la danza en Acatepec pudo haber ocurrido entre 1910 y 1915. 

En el proceso de difusión la versión de Acatepec sufrió dos modificaciones importantes. La primera ocurrió en Ometepec por obra de Efrén Sandoval; la segunda en el poblado predominantemente amuzgo de Xochistlahuaca, y estuvo a cargo del maestro Victoriano Agustín López, quien hizo algunas modificaciones. 

Según Agadeo Polanco, actual maestro de la danza en Xochistlahuaca:

    Victoriano la modificó bastante, por lo menos en el vestuario, y también [en] los sones y la parte de la traición de Moctezuma y otras cosas más. Primero se vestían los Mexicanos como los Españoles todos con la misma casaca. Con casaca y sombrero. Porque los Mexicanos todos con coronita y los españoles con sombrero. Ya ese señor Victoriano yo creo que vio en un libro.

En Xochistlahuaca las danza fue introdicida antes que en Tlacoachistlahuaca, por Filiberto Carmelo, Indígena amuzgo, quien adquirió el cuaderno de Casimiro Jiménez (agadeo Polanco, comunicación personal). En efecto, cunado la danza y el maestro de Acatepec dejaron de ir a Tlacoachistlahuaca -en 1951-, fue invitado un maestro de aquel pueblo -Victoriano Agustín López (amuzgo)- para que lo reemplazara. Y en 1954 Tlacoachistlahuaca tuvo su propio maestro de danza Gildardo Díaz. Aquí la danza sufrío algunas modificaciones en lo que a música se refiere: " Los principales cambios se refieren a los sones que se realizan durante la Batalla. Se le agregaron algunos sones en el transcurso de la Batalla. En lugar de ir marchando, van bailando" (Gildardo Díaz, comunicación personal). 

Recapitulando: 

¨ Quien introduce la danza en la región es don Casimiro Jiménez.

¨ Efrén Sandoval, de Ometepec, amplía las relaciones de Casimiro Jiménez. 

¨ Casimiro fue maestro de Adolfo de la Cruz, Fidel Ruiz (ambos de Acatepec) y de Filiberto Carmelo de Jesús (de Xochistlahuaca), con quienes comparte el oficio. 

¨ Adolfo de la Cruz vende la danza a Francisco de la Cruz (su hermano).

¨ Bartolo de la Cruz la adquiere de su hermano Francisco. 

¨ Pedro Rodríguez, de Ometepec, amplía las relaciones del cuaderno de Bartolo de la Cruz. 

¨ Por otra parte, en Xochistlahuaca, Victoriano Agustín adquiere el cuaderno de Filiberto Carmelo, al que le agrega más relaciones y más sones a la música. 

¨ Agadeo Polanco, también de Xochistlahuaca, compra el cuaderno de Victoriano. 

¨ El cuaderno de Victoriano Agustín pasa a Tlacoachistlahuaca por mano de Gildardo Díaz. 

Dicho con un cuadro:

CASIMIRO JIMÉNEZ 
(de Huixtepec) introduce 
la danza en Acatepec 
1910-1915
EFRÉN SANDOVAL de 
(Ometepec) aumenta las relaciones 

ADOLFO DE LA CRUZ 
(de Acatepec) adquiere
el cuaderno de Casimiro 

FILIBERTO CARMELO 
(de Xochistlahuaca) copia 
el cuaderno de Casimiro Jiménez 
FRANCISCO DE LA CRUZ 
(de Acatepec) adquiere el cuaderno 
de su hermano Adolfo de la Cruz
VICTORIANO AGUSTÍN 
(de Xochistlahuaca) copia 
el cuaderno de Filiberto Carmelo 
BARTOLO DE LA CRUZ 
(de Acatepec) adquiere el 
cuaderno de su hermano Francisco
de la Cruz (versión argumentada por PEDRO RODRÍGUEZ
de Ometepec) 
AGADEO POLANCO 
(de Xochistlahuaca) copia 
o compra el cuaderno 
de Victoriano Agustín 
GILDARDO DÍAZ 
enseña en Huehuetónoc 
en 1953 
ANDRÉS IGNACIO 
(de Tlacoachistlahuaca) 
aprende con Gildardo Díaz 
y compra el cuaderno de Agadeo Polanco 
De la planicie a la montaña

Una vez llegada a Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca, la danza siguió difundiéndose hacia la Montaña. Gildardo Díaz y Andrés Feliciano, maestros de la danza en Tlacoachistlahuaca; Filiberto Carmelo de Jesús, Victoriano Agustín y Agadeo Polanco, maestros de Xochistlahuaca, desempeñaron en la región de la Montaña el mismo papel que Casimiro Jiménez, los hermanos De la Cruz y otros desempeñaron en la planicie costachiqueña. Todos ellos, junto con otros maestros que hoy en día desempeñan este oficio, los mayordomos y otra gente "de gusto", han sido los protagonistas de esta difusión. 

Entre muchas otras historias, retomaré una parte de la entrevista que sostuve con Gildardo Díaz (don Lalo), uno de mis principales informantes. Don Lalo logró ser dueño de un índice de relaciones (cuaderno de la danza) cuando tenía sólo trece años; a los quince, enseñó la danza por primera vez en el poblado amuzgo de Huehuetónoc. Al respecto, nos dice: 

    Yo fui que difundí todo aquí arriba. Al principio, pus fue a Huehuetónoc; el segundo año me tocó aquí [1954, cuando don Lalo tenía 16 años]. Ese año que comencé aquí iba a venir Adolfo de la Cruz [el maestro de Acatepec que inició la danza en Tlacoachistlahuaca] y quién sabe por qué, pero falló; la gente ya estaba reunida y el mayordomo ya con gastos. Entonces dijeron: "Ya vimos que Lalo ya puede; por lo menos, si hay alguna falla, ya es muy pequeña, ya vamos a tratar de que él enseñe aquí ya, porque vimos que la danza de Huehuetónoc salió muy bien, entonces hay que darle preferencia a él". Entonces me buscaron a mí y ahí sí salió la danza bien y ya con que me quedé y cada año y cada año yo enseñaba… 

De esta manera, don Lalo ha difundido la danza en distintas rancherías y poblados. Hoy la danza se encuentra sólidamente arraigada en decenas de poblados mestizos, amuzgos y mixtecos de la costa y de la sierra, en un triángulo cuyos vértices parecen ser los municipios de San Luis Acatlán y Cuajinicuilapa, en Guerrero, y Santa María Zacatepec, en Oaxaca. 

Han quedado pendientes algunas preguntas: ¿dónde aprendió Casimiro la danza?, ¿de dónde la trajo? Nuestro amigo Bartolo de la Cruz sólo dijo que Casimiro no era nativo de Acatepec, sino de Huixtepec, “un cerro rumbo al estado de Oaxaca”. ¿Acaso debemos suponer que la variante aquí analizada procede de ese estado, que también es conocido por sus Danzas de Conquista (las Danzas de la Pluma)? El análisis sistémico que presentaré en la tercera parte de este estudio nos permitirá apreciar los claros matices regionales del corpus de variantes costachiqueñas, aunque, claro está, ninguna creación puede presumir de ser plenamente original. De hecho se puede postular para nuestra variante una influencia oaxaqueña, concretamente de las variantes de Cuilapan. No obstante, hay que dejar en claro que las diferencias son superiores a las semejanzas: el marcado carácter proindigenista de las versiones costachiqueñas permite distinguirlas de todas las demás.

Censo preliminar de la Danza de la Conquista en la Costa Chica

Hasta el momento me he podido enterar básicamente por medio de entrevistas) que la danza en cuestión se realiza en 33 comunidades, 15 de las cuales se encuentran en el municipio de Tlacoachistlahuaca. Estimo que lo mismo sucede en los municipios de Xochistlahuaca, San Pedro Amuzgo y Ometepec —las zonas fuertes de la danza—, llegando a fluctuar el número entre 40 y 70 casos. 

   
  Lugar Fecha Etnia
1 Acatepec, municipio de Ometepec, Guerrero  1 de septiembre (Virgen de los Remedios) NAHUAS, 
MESTIZOS
2 Azoyú, Guerrero 8 de mayo (aparición de San Miguel Arcángel) y 29 de septiembre (San Miguel Arcángel) TLAPANECOS Y MESTIZOS
3 Cochoapa, municipio de Ometepec, Guerrero 28-29 de junio (San Pedro) AMUZGOS
4 Colonia Hidalgo, municipio de Ometepec, Guerrero 11-12 de diciembre (Virgen de Guadalupe) ¿AMUZGOS?
5 Xochistlahuaca, Guerrero  19-20 de enero (San Sebastián) AMUZGOS
Cruz Grande, Guerrero ¿ ? MESTIZOS
Cuajinicuilapa, Guerrero  12 de diciembre (Virgen de Guadalupe) MESTIZOS Y AFROMESTIZOS
Cuananchinicha, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  2 de febrero (La Candelaria) NAHUAS
El Carmen, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  ¿? MIXTECOS
10 Guadalupe Victoria, municipio de Xochistlahuaca, Guerrero  11-12 de diciembre (Virgen de Guadalupe)  AMUZGOS
11 Huehuetónoc, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  Primer viernes de cuaresma AMUZGOS
12  Igualapa, Guerrero  Tercer viernes de cuaresma y 6 de agosto (Señor del Perdón) ¿MESTIZOS?
13  Jicayán de Tovar, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero 2 de febrero (La Candelaria)  MIXTECOS
14  La Guadalupe (rancho), municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero 11-12 de diciembre (Virgen de Guadalupe) MIXTECOS
15  Las Minas, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  segundo viernes de cuaresma  AMUZGOS
16  Mano de León, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero 12 de diciembre (Virgen de Guadalupe) ¿AMUZGOS; MIXTECOS?
17  Ometepec, Guerrero 3 de mayo (La Santa Cruz) y a veces 12 de diciembre (Virgen de Guadalupe) MESTIZOS;
AMUZGOS
18  Quetzalapa, ¿municipio de Igualapa?, Guerrero  (¿2 de noviembre?) MESTIZOS
19 Rancho Viejo, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero primer viernes de cuaresma (¿15 de mayo?)  MIXTECOS
20 San Cristóbal, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero 20 de diciembre MIXTECOS,
TLAPANECOS,
MESTIZOS
21 San Jerónimo, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  30 de septiembre MIXTECOS
22 San Luis Acatlán, Guerrero ¿? MESTIZOS
23 San Martín, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero 11 de noviembre (San Martín Obispo) y 4 de agosto (¿?) MIXTECOS
24 San Pedro Amuzgo, Oaxaca  1 de octubre (Virgen amuzgos, de los Remedios) AMUZGOS,
MESTIZOS
25 San Pedro Cuitlapa, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  29 de junio (San Pedro y San Pablo)  MIXTECOS
26 Santa María Asunción, municipio de Ometepec, Guerrero tercer viernes de cuaresma y 15 de febrero (¿?)  MESTIZOS
27 Santa María Huaspaltepec, Oaxaca  cuarto viernes de cuaresma  MIXTECOS
28 Santa María Zacatepec, Oaxaca 8 de diciembre (La Inmaculada Concepción)  MIXTECOS
MESTIZOS
29 Terrero Venado, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero  15 de agosto y 12 de enero MIXTECOS
30 Tlacoachistlahuaca, Guerrero  7-8 de diciembre (La Inmaculada Concepción)  AMUZGOS,
MESTIZOS
31 Xochistlahuaca, Guerrero 28-29 de septiembre (San Miguel Arcángel) y 11-12 de diciembre (Virgen de Guadalupe)  AMUZGOS,
MESTIZOS
32 Yoloxóchil, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero 24 de julio MIXTECOS
 
No ha dejado de sorprenderme, desde un principio, la enorme semejanza existente entre las representaciones de unas y otras comunidades. Por ejemplo, en la actualidad los coloquios de las representaciones de Tlacoachistlahuaca, Xochistlahuaca, Cozoyoapan y Ometepec son, salvo algunas excepciones, copia fiel unos de otros. La coreografía y la música son también muy parecidas. 

Curiosamente, la homogeneidad de las decenas de representaciones dancísticas que se acaban de mencionar contrasta con la gran variedad cultural de la región. En un territorio menor a dos mil kilómetros cuadrados (los municipios de Tlacoachistlahuaca, Xochistlahuaca, Ometepec y Cuajinicuilapa) conviven amuzgos, mixtecos, nahuas, tlapanecos, afromestizos y mestizos. El municipio de Tlacoachistlahuaca es representativo de esta diversidad, ya que, a excepción de los afromestizos, todos los grupos mencionados están arraigados —en mayor o menor escala— dentro de la circunscripción.

Podría esperarse que tal diversidad social se viera reflejada en la danza, pero no sucede así. ¿Acaso se debe esto a que la introducción en esta zona de la danza en cuestión ha sido muy reciente y por lo tanto no se ha producido aún la diversificación observada en otras partes? Pienso que así es. Además de ser reciente, la introducción de esta danza ha coincidido con una fase de transición cultural aguda. En consecuencia, la flexibilidad de la transmisión oral está siendo sustituida por un esclerosamiento en el tipo de transmisión. Esto es producto del uso cada vez mayor de la escritura. En cierta medida viene dándose también un esclerosamiento de la danza, ya que una parte importante de lo que se aprende es vendido y difundido bajo la forma de cartillas escritas. 

En la Costa Chica debemos rendirnos ante la evidencia contundente de los datos: contrario a lo que podría esperarse, la Danza de la Conquista de México tiende más a borrar las diferencias culturales que a reflejarlas. Es, en otras palabras, uno de los elementos que contribuyen a conformar la identidad dancística regional. Esta es —por sí misma— una buena justificación para el presente estudio. Investigar e interpretar cualquiera de las variantes significa conocer las otras sesenta o setenta que se representan en la región. 

En términos cuantitativos, este corpus sólo encuentra un equivalente en el conjunto de Danzas de la Pluma que se bailan en el valle de Oaxaca. Pero mientras el primer corpus se presenta muy homogéneo, el segundo es todo lo contrario.• 

Notas

1"Cortés contra Moctezuma-Cuauhtémoc: el intercambio de mujeres", en Jesús Jáuregui y Carlos Bonfiglioli (coords.), Las danzasde conquista I. México contemporáneo, México, CNCA/FCE, 1996, p. 33. 

2Jenaro Alenda y Mira, Relaciones de solemnidades y fiestas públicas de España, Madrid, Establecimiento Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 2 vols., 1903, t. II, p. 51. 

3Santiago Arago, Recuerdos de un ciego. Viaje alrededor del mundo. Enriquecido con notas científicas por Mr. Francisco Arago y precedido de una introducción por Mr. Jules Janin, Madrid, Gaspar y Roig Editores, 1851, pp. 154-155. 

4Julio Arosemena, Danzas folklóricas de la Villa de los Santos, Panamá, Banco Nacional de Panamá, 1984. 

5Barbara Bode, Notas de trabajo de campo, 1957, apud Victoria Reifler Bricker, El cristo indígena, el rey nativo. El sustrato histórico de la mitología del ritual de los mayas, México, FCE, 1989, p. 283. 

6Es posible que esto se deba a la presencia masiva de otra representación de conquista (esta vez espiritual): la Danza de los Concheros. Véase Jáuregui y Bonfiglioli (coords.), op cit., pp. 7-30. 

 

 

 

 

*Carlo Bonfiglioli (Savignano Sur Rubicone, Italia, 1953) es maestro y doctor en antropología por la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Entre sus publicaciones destaca Fariseos y matachines en la Sierra Tarahumara, editado por el Instituto Nacional Indigenista.