Semanario de la UAM
03 11 2015
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melón, en una hoja podrida, en un
tronco y no en un medio líquido”.
En el artículo propuesto para el
Premio a la Investigación que con-
fiere la UAM, el académico señala
que si el hongo está en un medio
sólido, tiene que adaptarse y en
ese proceso “enciende unos genes
y apaga otros”, lo cual arroja un
funcionamiento diferente.
Pero además ¿cuáles son las
señales del medio ambiente que
el microorganismo capta y causan
el cambio en expresión genética
y fisiología? Después de estudiar
este factor “vimos que el contacto
directo con el aire era un estímu-
lo ambiental importantísimo para
desatar la fisiología –del organis-
mo– en el medio sólido”.
Otro factor relevante es el de-
nominado “estímulo del soporte”:
cuando el hongo encuentra uno
al cual “se agarra, explora a su al-
rededor y empieza a ver qué hay
para comer; en cambio en un re-
actor normal de medio líquido está
dando vueltas y el hongo no tiene
necesidad de explorar ni de adhe-
rirse; entonces vimos que esto lo
tenía en el medio sólido y lo hacía
producir más, aunque su efecto no
es tan grande como el del contacto
con el aire”.
Una vez establecido el efecto
del contacto con el aire se pensó
que dicha reacción –que incre-
menta la producción de lovastati-
na, entre otras cosas– puede estar
mediada por especies reactivas de
oxígeno llamadas también radica-
les libres.
Es sabido que si la concentra-
ción de estos radicales es alta, las
moléculas oxidantes pueden dañar
las células, pero si son bajas servi-
rían como señales metabólicas.
“Logramos medir las especies
reactivas de oxígeno dentro del
hongo y creímos que iba a haber
una explosión de especies reacti-
vas de oxígeno que encendiera los
genes y luego disminuirían rápida-
mente. Pero no, lo que sucedió y
está publicado en el artículo “es
que hubo gran acumulación de
esas especies reactivas de oxígeno
(EROs) durante toda la etapa de
producción”.
El incremento de especies reacti-
vas de oxígeno coincide con la ma-
yor producción y con el encendido
del gen “maestro” de los genes de
biosíntesis de lovastatina, agrupados
en el genoma del hongo. Los niveles
de EROs no son tan altos como para
matar al hongo, “más bien envían
señales a los genes de que encien-
dan que ya es hora de producir”.
Así “demostramos que los genes
de biosíntesis de lovastatina son re-
gulados por las EROs a nivel trans-
cripcional, es decir, que mandan
la señal para encender los genes
y aparentemente es necesaria –el
alto nivel de EROs– para mante-
nerlos encendidos durante toda la
fase de producción. Esto es muy
importante porque se trata de un
mecanismo que regula el metabo-
lismo secundario”.
El conocimiento de estos meca-
nismos tiene trascendencia en cien-
cia básica, pero además puede ser
la base para diseñar y desarrollar sis-
temas novedosos de producción o
cultivo, en este caso de lovastatina,
pero probablemente se puede apli-
car a otros metabolitos secundarios.
Además esto puede aplicarse
al mejoramiento genético “para
construir cepas que sean superpro-
ductoras de lovastatina u otro me-
tabolito”, señaló el doctor Barrios
González.
En la lovastatina,
obtenida del hongo
Aspergillus terreus,
se ha encontrado
actividad para bajar
el colesterol