Semanario de la UAM
22 03 2016
4
H
onra
y
prez
de
la
UAM
Eduardo Piña, décimo primer Profesor
Emérito de la
Casa abierta al tiempo
La suya ha sido
una vida entregada
a México en el más
alto nivel universitario
“Creo mucho en México y en mi
universidad y pienso que este
nombramiento me obliga, ante
todo, a continuar mi labor”, expre-
só el doctor Eduardo Piña Garza
durante la ceremonia en la que
fue investido como Profesor Emé-
rito de la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM).
La distinción otorgada por el Co-
legio Académico “me compromete
a seguir haciendo mi mejor esfuer-
zo y brindar toda mi capacidad
aprovechando la experiencia, que
es una de mis armas más podero-
sas en este momento” para seguir
apoyando a profesores, alumnos y
a toda la gente que está creando la
universidad, afirmó en el acto ce-
lebrado en el Auditorio Arquitecto
Pedro Ramírez Vázquez de la Rec-
toría General y al que asistieron au-
toridades, académicos, alumnos y
familiares del físico por la Facultad
de Ciencias de la Universidad Na-
cional Autónoma de México.
La doctora María Teresa de la
Selva Monroy, docente del Depar-
tamento de Física de la Unidad Iz-
tapalapa, destacó en la reseña del
también Profesor Distinguido de la
UAM que éste ha dejado huella im-
portante en diversos campos de la
ciencia: termodinámica, mecánica
estadística, teoría cinética, relativi-
dad, cinética química, rotaciones,
mecánica celeste, hidrodinámica,
teoría del caos, mecánica cuántica
y matemáticas.
“En todos estos temas ha sido
notable la introducción de ideas
nuevas”, así como el apoyo que su
extraordinaria energía ha dado a la
física-matemática y a las labores de
organización y administración al
promover la creación, cuando fue
director de la División de Ciencias
Básicas e Ingeniería, de la Licencia-
tura en Computación y del Área de
Mecánica.
La doctora De la Selva Monroy
resaltó también otra faceta en la
trayectoria del doctor Piña Garza
al mencionar trabajos “en los que
conjunta su amor a los códices
mexicanos con su gusto por las
matemáticas”.
Piña Garza estudió el Códice
Mendocino y en
Relojeros por las
estrellas
divulgó cómo los aztecas
medían el tiempo observando la
rotación de las estrellas con una
precisión en aquel momento inal-
canzable para los europeos, que lo
hacían por la vía solar.
La afición del doctor Piña Gar-
za por los relojes data de la infan-
cia, como evidencia “su famoso
libro
Los relojes de México
” y su
reciente nombramiento como
miembro de la Asociación Mexi-
cana de Relojeros.
Al finalizar su discurso, De la
Selva Monroy dijo que la del doc-
tor Piña Garza ha sido una vida
entregada a México en el más alto
nivel universitario para honra y
prez de la UAM.