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Semanario de la UAM

28 03 2016

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Forma de infección

Gran cantidad de brotes reportados

ha sido producida por frutas y ve-

getales lavados con agua contami-

nada; además, los parásitos sobre-

viven a la cloración, la yodación,

la refrigeración o el calentamiento

pues requieren temperaturas por

arriba de los 72 grados centígra-

dos durante un minuto para su

inactivación.

El doctor Martínez Barbabosa

mencionó que la presencia de geo-

helmintos constituye otro proble-

ma relevante de salud. Las larvas

de

Toxocara canis,

explicó, afectan

órganos diversos, tanto en perros

como en humanos.

La forma de infección es el huevo

larvado, que al ser ingerido eclosio-

na y libera la larva que puede migrar

y producir granulomas en diferentes

órganos y tejidos cuyo grado de

afectación estaría en proporción di-

recta con el número de huevos lar-

vados infectantes ingerido.

Los niños son los más dañados;

los principales factores de riesgo

son la geofagia –causada por co-

mer tierra– y el contacto estrecho

con perros.

La forma más grave de esta en-

fermedad es la larva migrante ocu-

lar, ya que una sola puede causar

ceguera unilateral o afectar el ce-

rebro y provocar la muerte, precisó

el investigador.

Entre mayo y julio de 2013 se

realizó un muestreo exploratorio

descriptivo para la búsqueda de

ooquistes de Cryptosporidium spp

y otros parásitos en perros domici-

liados de la Ciudad de México.

Ese trabajo incluyó el análisis de

183 muestras de materia fecal obte-

nida de perros aparentemente sanos

y bien cuidados –113 machos y 70

hembras con edades de tres meses

a 12 años– colectadas en 12 dele-

gaciones del Distrito Federal: Álvaro

Obregón, Benito Juárez, Coyoacán,

Cuajimalpa, Cuauhtémoc, Iztacalco,

Iztapalapa, Magdalena Contreras, Hi-

dalgo, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco.

De acuerdo con los resultados

obtenidos, la frecuencia de perros

infectados con enteroparásitos y

sus porcentajes de infección por

Cryptosporidium

spp

; T. canis y

Ancylostomideos fue de 21 (11.5

por ciento), 11 (6 por ciento), y siete

(3.8 por ciento), respectivamente.

El nivel de infección de

Cryp-

tosporidium spp

resultó estadísti-

camente significativo en perros de

razas de pelo largo: pastor alemán,

golden, cocker y criollos.

De esa manera se comprobó

la presencia de

Cryptosporidium

y otros parásitos zoonóticos intes-

tinales en perros domiciliados de

la Ciudad de México. Los resulta-

dos sugieren que los perros de las

delegaciones Iztacalco y Tlalpan

representaron mayor riesgo para

transmitir las formas infectantes

de

Cryptosporidium

,

T. canis

y

An-

cylostomideos

a sus dueños.

Martínez Barbabosa consideró

que los niveles de infección de ente-

roparásitos obtenidos en los perros

estudiados no deben subestimarse;

a pesar del reducido número de las

muestras que comprendió el estu-

dio es importante desde el punto

de vista epidemiológico, puesto

que se trata de animales domésti-

cos asintomáticos pero parasitados

que eliminan de manera constante

al medio ambiente ooquistes y hue-

vos capaces de infectar a otros ani-

males y personas.

Para prevenir los padecimien-

tos zoonóticos transmitidos por el

perro es indispensable la partici-

pación directa de los dueños, con

acciones tales como la desparasita-

ción semestral, el control adecua-

do de excretas y la esterilización

programada; esta última con el fin

de contribuir a la disminución de la

población canina callejera.

La cryptosporidiosis

es una de las

infecciones entéricas

más frecuentes en

humanos y animales