[Semanario de la UAM | 12•12•2016]
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CIENCIA
Realiza la UAM investigación para mejorar
la calidad de vida de los adultos mayores
En 2050 uno de cada cinco
mexicanos será mayor de 60 años;
persiste rezago en la esperanza
de vida saludable
I
nvestigadores del Laboratorio de Bioenergé-
tica y Envejecimiento Celular de la Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM) analizan la
respuesta del agente químico tBHQ –en astro-
citos– un tipo de células cerebrales que activa el
factor de transcripción llamado Nrf2 y responde
a estrés en las células de organismos seniles para
protegerlas de daño oxidante.
La comprensión de lo que sucede en células y
organismos durante la senectud es de gran tras-
cendencia para mejorar la calidad de vida de los
adultos mayores, en un contexto en el que este
sector de la población tiende a crecer, consideró
la doctora Mina Konigsberg Fainstein.
La integrante del equipo ganador del Premio
a la Investigación 2016 en el Área de Ciencias
Biológicas y de la Salud de la Unidad Iztapalapa
señaló en entrevista que en México, como en
el resto del mundo, la pirámide poblacional ha
cambiado y ahora “contamos con aproximada-
mente diez por ciento de adultos mayores”.
El trabajo es
desarrollado en
el Laboratorio de
Bioenergética y
Envejecimiento
Celular.
Datos oficiales estiman que para 2050 uno de
cada cinco mexicanos será mayor de 60 años y
aunque la esperanza de vida aumentó de mane-
ra considerable persiste el rezago en la esperanza
de vida saludable, pues en los últimos años de su
existencia muchas personas registran deterioro
debido a enfermedades crónico-degenerativas.
El equipo que desarrolló el proyecto
Primary
cultured astrocytes from old rats are capable to
activate the Nrf2 response against MPP+ toxici-
ty after tBHQ pretreatment
analizó la respuesta
del agente químico conocido como tBHQ para
activar la función protectora antioxidante vía un
factor de transcripción denominado Nrf2, que
responde a estrés en células de animales viejos,
en este caso de ratas.
Hasta ahora se sabía que el Nrf2 se activa por
el inductor tBHQ en especies y células de orga-
nismos jóvenes, pero no se había demostrado su
participación en células de animales viejos, expli-
có Konigsberg Fainstein.
Esta investigación corroboró el efecto de
tBHQ en astrocitos, que son un tipo particular de
células cerebrales aisladas de ratas de 24 meses
de edad, demostrando “que existe una ventana
de oportunidad donde el Nrf2 puede activarse
en las células de organismos seniles y protegerlas
frente al daño oxidante”.
En el Laboratorio de Bioenergética y Enveje-
cimiento Celular, el grupo científico trabajó con
cerebros de animales recién nacidos y de 24 me-
ses, edad máxima que alcanzan las ratas; pos-
teriormente fueron aislados los astrocitos, que
constituyen la población mayoritaria de células
cerebrales, dan soporte a las neuronas y revisten
gran importancia para varias funciones.
En general, al aplicar algunos tóxicos las cé-
lulas se dañan y los astrocitos pueden afectar la
función de ciertas neuronas, contribuyendo así al
desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
En este caso los investigadores utilizaron un
fármaco para simular el Mal de Parkinson y eva-
luar el daño en astrocitos por dicho compues-
to. “Lo que hicimos fue usar otra molécula que
activara la respuesta antioxidante y en general
la respuesta de defensa de los astrocitos” para
observar “si preacondicionándolos con esa mo-
lécula están protegidos”.
La profesora del Departamento de Ciencias
de la Salud refirió que en organismos jóvenes ese
preacondicionamiento funciona, pero en viejos no
actúa igual. Con los astrocitos aislados fueron rea-
lizados experimentos con dosis y concentraciones
diversas, lo que reveló “una ventana de tiempo en
la que cuando se hace ese pretratamiento con el
tóxico los astrocitos sí se protegen”, agregó.