[Semanario de la UAM | 13•02•2017]
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EDUCACIÓN
El humor en el aula mejora los procesos
de enseñanza-aprendizaje
Estudio aborda los beneficios
para la salud y el bienestar
en general atribuidos a la risa
U
n ambiente en el salón de clases don-
de imperen la cordialidad, la amabilidad
y el buen humor contribuye a mejorar
los procesos de enseñanza-aprendizaje, porque
la risa “rompe estructuras y abre la imagina-
ción, la mente y el corazón”, sostuvo la doctora
Anna María Fernández Poncela, investigadora
del Departamento de Política y Cultura de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el libro
Humor en el aula
–publicado por
la
Editorial
Trillas
– la profesora de la Unidad
Xochimilco desde hace 22 años expone “porqué
reímos los seres humanos y cuándo esta expre-
sión de la conducta” se relaciona con el lenguaje
y la comunicación”.
La doctora en Antropología por la Universidad
de Barcelona señaló en entrevista que los temas
de este trabajo giran alrededor de la comicidad,
el humor y la risa, con los propósitos de acer-
carse a los conceptos básicos de esta “manifes-
tación externa” de las personas, por un lado, y
de plantear puntos específicos de los beneficios
que se le atribuyen para la salud y el bienestar en
general, en particular en los campos de la educa-
ción y la terapia, por otro.
Como investigadora, Fernández Poncela se
ha interesado en el terreno de las emociones, en
especial en la risa en el salón de clases, así como
en la práctica de la enseñanza, que ha analizado
desde 2010, “cuando me di cuenta de que tenía
material y experiencia” para desarrollar un análi-
sis sobre generadores, reproductores, opositores
y beneficios de una práctica humana importante
en el nivel físico.
Además de los músculos del rostro involucra
factores bioquímicos, neurológicos y psicológi-
cos del organismo, “sobre todo en los procesos
de enseñanza-aprendizaje porque crea confian-
za y encuentra soluciones cuando alguien no
puede resolver un problema, pues la dinámica
del grupo fluye mejor”.
La aplicación del sentido del humor en la edu-
cación ayuda a superar frustraciones, relativizar
fracasos, sobrellevar desencantos y desterrar
momentos de apatía y desánimo para establecer
una buena comunicación, tanto al interior del ser
humano como con el entorno donde es realizada
la labor educativa.
En los sondeos empíricos “que he hecho con
mis grupos, un gran porcentaje de los estudian-
tes propicia este tipo de ambientes al interior del
aula” y una pequeña parte señala que no le sirve
porque distrae –aun cuando el aspecto académi-
co quede cubierto y el humor resulte benigno y
con la mejor intención– lo cual es normal debido
a que “no todos reaccionamos igual”.
Aplicar este
precepto en
la educación
ayuda a superar
frustraciones y
desterrar la apatía.