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[Semanario de la UAM | 20•03•2017]

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CULTURA

Los años de la guerra:

imágenes de una realidad sin ficción

F

otografías que palpan el horror

de un fenómeno social inexpli-

cable documentan una década

de violencia, muerte, crimen y

militarización en México, convocando a

tener presente en la memoria una ba-

talla que desangra y llena de dolor a la

sociedad entera.

2007-2017. Los años de la guerra

fue presentada hasta el diez de marzo

pasado en la Biblioteca Miguel León-

Portilla de la Unidad Cuajimalpa de la

Universidad Autónoma Metropolitana

(UAM), en 22 imágenes realizadas por

diez fotoperiodistas que subrayan la

naturaleza irracional del crimen organi-

zado, un flagelo que exalta su poderío

mediante la intimidación que generan

las ejecuciones masivas y la tortura.

Restos de hombres y mujeres tendi-

dos sobre el asfalto en calles, carreteras,

bodegas o en campos despoblados;

colgados, puestos sobre una silla o en

ataúdes aparecen en calidad de des-

conocidos, mientras a algunos los llo-

ran sus seres queridos entre veladoras

encendidas.

En gran contraste figuran también

sujetos que portan armas de alto poder

en actitud altiva, en la serie de fotogra-

fías de Guillermo Arias, Fernando Brito,

Alicia Fernández, Mónica González,

Héctor Guerrero, Félix Márquez, Pedro

Pardo, Encarni Pindado, Saúl Ruiz y

Chistopher Venegas, quienes docu-

mentan la cotidianeidad de una bru-

talidad hecha costumbre y su mirada

intenta explicar o sólo exponer –sin

adjetivos– una realidad sin ficción.

Los retratos son más que horrores y

zonas oscuras de la condición humana,

pues detrás de esos registros “se en-

cuentran decisiones y actos concretos de

seres concretos”, mencionó el maestro

Jacinto Rodríguez Munguía, coordinador

de la Cátedra Miguel Ángel Granados

Chapa de la citada sede académica.

Las instantáneas plantean un cuestio-

namiento permanente “hacia nosotros

mismos” y constituyen una herramien-

ta para no olvidar, porque “desde el no

olvido podemos impedir la repetición”

de actos que “pueblan una década de

violencia”.

Las obras se convierten en un recla-

mo o afrenta individual sobre “quiénes

somos como individuos y sociedad

frente a todo lo que ocurre” y “qué tan-

to de nosotros mismos está en la parte

no visible de esas representaciones”.