[Semanario de la UAM | 22•05•2017]
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SOCIEDAD
Impulsa la UAM el cultivo de alga espirulina
para combatir la desnutrición en Oaxaca
Beneficiará a 2,000
habitantes de Chiquihuitlán
de Benito Juárez
L
a Universidad Autónoma Metro-
politana (UAM) –a través del
Proyecto de Extensión Comu-
nitaria (PEC)– inició la instalación de
un sistema de cultivo de microalga
espirulina en Chiquihuitlán de Benito
Juárez, Oaxaca, con el propósito de
dotar a esa comunidad de una opción
alimenticia nutritiva y accesible por su
bajo costo.
El programa a cargo de la maestra
Mónica Cristina Rodríguez Palacio, pro-
fesora-investigadora del Laboratorio
de Ficología Aplicada de la Unidad
Iztapalapa, pretende coadyuvar a
mejorar las condiciones de salud de
la población de escasos recursos de
esa localidad que debido a la escasez
de agua afronta dificultades para ob-
tener en la dieta diaria las proteínas
necesarias.
La iniciativa forma parte de un con-
venio de colaboración establecido en
2015 entre esta casa de estudios y ese
municipio de la zona de La Cañada –
promovido por lamaestra Sonia Yurivia
Ayala Guzmán, alumna del Doctorado
en Estudios Organizacionales de la ci-
tada sede académica– con el objetivo
de implementar proyectos productivos
enfocados a combatir la desnutrición y
la contaminación del vital líquido.
La medida beneficiará a más de
2,000 habitantes de Chiquihuitlán de
Benito Juárez y comunidades aleda-
ñas, ya que su ejecución e instaura-
ción requiere de pocos insumos, que
proveerán la UAM y la Universidad
Iberoamericana, campus Puebla.
Luego de ser secada al sol, el alga
puede pulverizarse para ser incorpo-
rada a memelas de frijol, guacamoles,
bebidas de frutas, dulces de amaran-
to, galletas o palomitas de maíz, entre
otros comúnmente consumidos en los
hogares, lo cual evita modificar o tras-
gredir usos y costumbres de las familias.
“La espirulina es un ingrediente
ideal porque contiene gran cantidad de
nutrientes al ser rica en aminoácidos,
proteínas, carbohidratos, ácidos gra-
sos, omega 6, vitaminas y minerales,
por lo que su uso como suplemento
alimenticio marcaría una diferencia en
el combate a la desnutrición en zonas
marginales del país”, indicó la docente
del Departamento de Hidrobiología.
“El cultivo de microalgas y ciano-
bacterias es llevado a cabo de mane-
ra industrial en muchas naciones de
América y Europa, pero en México
es un mercado aún en ciernes, por lo
que intervenir en la población signifi-
ca establecer un cultivo para consumo
personal e impulsar su venta, ya sea
en polvo o adicionado en bebidas de
frutas, dulces o guacamoles”.
La demanda de biomasa de esta
planta acuática, así como de extractos
ha ido creciendo y la producción for-
ma parte de una tradición prehispá-
nica, pues “era un elemento ingerido
por los aztecas, ya que el alga espiru-
lina –
Arthrospira platensis
– crecía en
el Lago de Texcoco, según el Códice
Florentino”.
La generación de harina seca lo-
grada de este organismo extraído del
mismo cuerpo de agua alcanzó en
1982 las mil toneladas métricas, pero
esa industria desapareció y en la ac-
tualidad la espirulina es hallada sólo
“en farmacias o tiendas naturistas
proveniente en su mayoría de otros
territorios, por lo que su costo es muy
elevado”, comentó la académica.
“Lo que queda del Lago de Texcoco
está parcialmente cubierto con casas y
el suelo contiene metales pesados, de
modo que para recuperarlo se requeriría
la construcción de sistemas artificiales
semejantes al que estamos realizando
en Chiquihuitlán de Benito Juárez y el
cual será manejado por la gente”.
Rodríguez Palacio organizó en la
cabecera municipal un taller de cocina
para explicar a los pobladores el proce-
so de elaboración de galletas y dulces
de amaranto, así como sus beneficios,
con el propósito de impulsar la creación
de pequeños negocios familiares de
bioproductos de alto interés comercial.
La Unidad Iztapalapa
instala un sistema de
producción de esta
opción alimenticia
de bajo costo