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Yo era un joven inocente que,
por la nefasta influencia de los cómics,
acabé siendo lo que soy
Terry Gilliam
Les llamábamos
funnies
, ¿lo recuerdan?
Colgaban de un mecate que atravesaba, en forma perpendicular, desde el mos-
trador hasta el escaparate de las carnes frías. Estaban ahí, en las alturas, pavoneándose
en sus múltiples personajes: extraordinarios todos ellos, en sus distintos y exóticos
ambientes: el viejo oeste con sus
cowboys
enmascarados, la Edad Media con sus caba-
lleros andantes y sus guerreras amazonas, la Segunda Guerra Mundial con sus nazis
odiosos o la tierra del futuro con sus naves espaciales y sus pistolas de rayos láser.
Hablo de la tienda del Chino, que estaba a tres casas de la mía, y a donde mi
madre me mandaba por algún ingrediente que le faltaba para sazonar la comida.
Hablo de entrar a la tienda y verlos ahí, como tesoros coloridos con sus portadas
como anuncios de mundos por conocer, de vidas por vivir. Hablo, desde luego, de
las revistas de historietas, esas que los niños de la colonia, en el Mexicali de los años
sesenta del siglo xx, llamábamos
funnies
y que fueron por un buen tiempo, durante
los años de mi infancia primera, una de las fuentes principales de conocimientos
acerca del mundo que existía más allá de mi casa, mi cuadra, mi barrio y mi ciudad.
De vez en cuando, sobre todos los domingos, mi padre me daba unas cuantas
monedas para que las gastara en lo que quisiera. La mayoría de los niños compraban
dulces y chocolates. Yo, en cambio, iba corriendo a la tienda del Chino y compraba
una o dos o tres revistas que me pasaba leyendo toda la semana. El problema era
decidir cuáles serían mis adquisiciones. Porque entre
La pequeña Lulú
y
La zorra y
el cuervo
, entre
Batman
y
El llanero solitario
, entre
El pato Donald
y los
Archies
, debía
escoger unas frente a la otras por más que todas me encantaran, a pesar de que todas
me interesaran.
Al leer estas historietas aprendí el arte de narrar gráfica y textualmente, supe
que lo visual y lo escritural son complementos que crean un arte nuevo. Con el