La actividad de la docencia,
reconocida como importante por todos los actores sociales del sector educativo
y gubernamental, no recibe los apoyos necesarios para su desarrollo, sin
embargo sí recae sobre ella la sospecha de su responsabilidad ante
la insuficiente calidad de la educación.
El debate sobre las distintas
actividades o funciones atribuidas al personal docente y su posible evaluación
se hace más complejo al reconocer los cambios vertiginosos en el
ámbito social y tecnológico que presentan nuevas exigencias
hacia las formas de asumir las tareas docentes, los procesos educativos,
las formas de organización escolar y las necesidades e intereses
de los estudiantes.
El reconocimiento de la dificultad
de reconocer de manera contundente la problemática de la evaluación
de la docencia permite la búsqueda de múltiples formas de
atender el reto de la evaluación de una actividad tan importante
y compleja como lo es la docencia; de ahí que en este libro se han
reunido experiencias y opiniones muy variadas que enriquecerán el
debate sobre el tema.
Una preocupación manifiesta
en el conjunto de trabajos es el deseo de contribuir a otorgar un rol activo
a los docentes en el diseño, puesta en marcha y seguimiento de los
procesos de evaluación; así como plantear la necesidad de
incorporar procesos de reflexión y autoevaluación de la enseñanza.
De la misma forma se destaca la posibilidad de vincular la evaluación
con programas estructurados de formación y desarrollo profesional
de la docencia, y establecer una serie de principios para salvaguardar
los derechos y obligaciones de los profesores.
En el libro se proponen estrategias
innovadoras para evaluar la docencia y su práctica, como la reconceptualización
del empleo de cuestionarios de opinión, el uso de instrumentos que
indagan el pensamiento del profesor, el empleo del portafolio del docente,
la autoevaluación y la asesoría didáctica.
Con la consideración
de los aspectos éticos y valores involucrados en los procesos de
evaluación de los docentes, este libro continúa el esfuerzo
colectivo por contribuir al conocimiento, discusión y búsqueda
de alternativas de evaluación que realmente contribuyan a mejorar
la función docente en las universidades. La apuesta es que es posible
que a través de la evaluación se pueda entender y mejorar
la enseñanza. |