La Universidad Autónoma Metropolitana y la Casa del Tiempo tienen el honor de invitar a usted a la exposición de

Gabriela Gutiérrez
Una materia atemporal

Abierta desde el 17 de mayo de 2001
 
 

Pedro Antonio de los Santos N° 84, 
San Miguel Chapultepec, México, D.F. 
Metro Juanacatlán

mayo-julio



Una materia atemporal
 

Gabriela Gutiérrez fija sobre la tela de sus cuadros actuales una cuadrícula suspendida sobre el espacio, visible y algo esfumada a un tiempo, que crea al espacio convirtiéndolo en un lugar de ficción y de tumultos secretos, asomos de convulsiones cerrados al observador por el trazado cuadricular que no obstante se sospechan, emergen entre líneas, entre la trama, apenas perceptibles, contenidos por y debajo de la trama. Esa ordenada trama de cuadrados en sucesión horizontal y vertical, como sintagma y sucesión de sintagmas no develados, de frases que al no dejar leer nada descubren todo y nada, red formada por ese elemento esencial de la geometría (y detrás de la geometría el cosmos, aprehendido e inapresible) que es el cuadrado, posee otra función: actúa como superficie, volátil, móvil y simultáneamente estática, como plano sobre el que se apoya, o también se suspende, gravitante, el núcleo principal del cuadro que es único núcleo y es otro momento de ficción, una ficción entrelazada con lo real, pero con una realidad intangible que la pintura transforma en visibilidad y en una extensión táctil. Y allí, en uno de los cuadros, copia la forma de un objeto de su taller, una regla, para a partir de ahí desplegar, mediante la propia invención formal, una parodia de investigación alquímica. Que no es parodia, son cosas esenciales brotadas de la vieja sabiduría oriental, puestas ahí para recrear, volver a crear las formas nacidas a partir del sismo de la modernidad y traducidas en una articulación pictórica tan clásica como contemporánea, pero sobre todo contemporánea y, sustancialmente, atemporal. Todo ello a partir de la ausencia de cromatismo engarzado por el blanco y el negro, que es otra forma de atemporalidad, o de sustracción de lo real para enlazar una realidad otra, detenida y en continuo desplazamiento, que se hace más nítida, insoslayable, llevada al punto de silencio de su máxima síntesis, que es decir todo y nada, el todo a través de la nada, gracias a ese continuo, no dicho por el sistema icónico pero puesto ahí, desplazamiento. Esa fijación y desplazamiento simultáneos, que en uno de sus múltiples recodos, o en la tela completa hacer ver sin decirlo al secreto, ubica a las pinturas recientes de Gabriela Gutiérrez en un sólido sitio, que parte de y vuelve a una experiencia intransferible.
 

Lelia Driben