Poeta y prosista, Eugen Bartmer (7 de junio de
1937) vive en Viena desde siempre. De familia acomodada fue, sin embargo,
aprendiz de mecánico a los quince años (1952), ejerciendo
el oficio hasta su prematura jubilación, por motivos de salud, en
1994. Sus primeros pasos en la literatura los dio hacia los cuarenta años
(1976). En poco tiempo obtuvo al Premio Theodor Körner (1980). Desde
temprana edad se había apasionado por la literatura y los viajes
en que se inspiran algunos de sus poemas.
Cultiva ante todo la antipoesía, con profusión de metáforas
yuxtapuestas y autónomas, sin ilación aparente de contexto,
valiéndose de un lenguaje autóctono, muy difícil de
verter al castellano. Habla con el desparpajo a que nos tienen acostumbrados
el cine actual y el teatro en su pretensión de acercarse al grueso
del público. En los poemas se cuelan puntazos alusivos a actividades
corporales de índole repulsiva y el tratamiento de escabrosidades
como el canibalismo: se busca en vano la frase bella de la poesía
clásica.
Sin embargo, parece que la intención poética no es la
revolucionaria que mirase a desprestigiar las convenciones sociales de
las clases más elevadas. Más bien lo que resalta es la experiencia
del hombre como un ser nada, reductible a productor de desechos. El poeta
asume la propia nada y la nada de su entorno, la nada de toda la existencia,
expuesta a devorarse a sí misma, hasta reducirse a la nada final.
Un pensamiento que, encajado en la tradición judeo-cristiana, recordaría
que las criaturas de barro quedan reducidas al final a polvo inconsciente
y despreciable. Un trasfondo de la filosofía de posguerra. La experiencia
extrema del "hombre civilizado europeo" de las dos grandes guerras, en
las que es, en simultáneo, la víctima pero también
el victimario, que derrocha todos los refinamientos técnicos de
destrucción masiva entonces a su alcance.
En contraste con su producción literaria, Eugen Bartmer despliega
en lo cotidiano que le sonríe un carisma rayano en lo filantrópico.
Su poesía hay que leerla preferiblemente en alta voz y con la buena
dosis de ironía que contiene. En sus recitales seduce al auditorio
con su retórica innata, su voz grave y enérgica y de perfecta
articulación que inunda todos los rincones de la sala.
Bibliografía
Entre los textos de menor choque emotivo y de mayor ductilidad para
traducir he seleccionado algunos, por sugerencia o aprobación del
poeta Eugen Bartmer. Al efecto, se han compulsado cinco colecciones de
poemas publicados entre 1983 y 2001:
Steuerfreie Mehrwerte (Plusvalías libres de impuestos),
editor Gerhard Jaschke, separata publicada por Revista de literatura
y arte, Viena, 1983.
Wien bleibt magnetisch (Viena mantiene su fuerza magnética),
editor Werner Herbst, primera edición autorizada, Viena, 1991, 71
pp.
Ich + ich sind zweierlei. Anthologie (Yo + yo son cosas
diferentes. Una antología), Viena, 1995, 223 pp.
La antología con poemas de diferentes autores.
Der Dirigent mit den sieben Ohren. Gedichte unplugged
[zum 60. Geburtstag], El director de orquesta de las siete orejas, poemas
"desenchufados" [con ocasión del 60 cumpleaños], editor
Eugen Bartmer, Viena, 1997, 88 pp.
Der Menschenfresser. Poems (El caníbal.
poemas),
editor Eric Neunteufel, Viena, Kunstmarke, 2001, 83 pp. |