Cronista visual de la ciudad
*Miriam Mabel Martínez

La obra fotográfica de Héctor García es una crónica visual de la ciudad de México, cada imagen presenta un detalle o un acercamiento a la condición del Distrito Federal, sin menospreciarlo ni adulándolo. Su trabajo no califica: confronta esa imagen al espectador tal cual es. No es un fotógrafo "crudo" ni espontáneo, detrás de cada fotografía se sabe un por qué y una intención; no son tomas casuales ni chiripazos, son tomas conscientes; cada imagen es resultado de una mirada reflexiva. No hay foto inocente.

Héctor García nació en 1923 en el barrio de La Candelaria de los Patos, en la ciudad de México, donde actualmente se encuentra el Palacio Legislativo. En 1937 fue enviado a la correccional de menores acusado de robo. Ahí conoce al doctor Gilberto Bolaño Cacho, quien le regaló su primera cámara fotográfica. En 1942 se marchó de bracero a Estados Unidos y tres años después fue deportado. En ese viaje de regreso descubre su interés por la fotografía. Poco después estudió en la Escuela del Sindicato Mexicano de Cinematografistas, donde fue alumno de Gabriel Figueroa y Manuel Álvarez Bravo.

Pareciera que de pronto el descubrimiento de la plasticidad y la visualidad de lo cotidiano lo hubieran iniciado en el arte de la fotografía y presentado lo que sería su tema: la realidad. En la obra de Héctor García no hay trucos ni parches, sólo ve lo que los demás se han negado a mirar.

Si bien la labor principal de Héctor García ha sido el fotoperiodismo, su sensibilidad rebasó este sentido y lo condujo hacia una veta más artística: sus imágenes no sólo captaban el momento, no únicamente informaban, también presentaban una composición estética y sobre todo una postura.

Además, García ha sabido retratar la realidad con sus "ventanas" hacia lo imaginario, cada una de sus imágenes representan un momento, pero también son un puente que conecta al observador con sus propios recuerdos y su identidad urbana. La imagen es una puerta hacia la memoria.

Por otra parte, Héctor García nos descubrió otra ciudad, una urbe llena de recovecos, con rostros diversos, una urbe épica con habitantes (personajes) guerreros. Además, a través de los 50 años de carrera ha descubierto los motivos, las repeticiones, las transformaciones de la ciudad de México, a través de su cámara se puede entender el crecimiento y la modernización mexicanos: en sus fotos cabe todo: el espectáculo, las grandes figuras, los obreros, la arquitectura, las rebeliones, la inocencia, el poder, la seducción, lo imposible, lo doloroso…

La realidad visual fragmentada en la obra de Héctor García ofrece una manera de entender esta ciudad y de identificarnos con ella, reconociendo sus miedos, sus ironías. Si algo ha subrayado García es el humor y resaltado la plasticidad cotidiana en la que vivimos. Sobre todo, ha sabido estar en el momento justo en el lugar indicado. Esta "ubicuidad" le ha permitido integrar una obra contundente sobre la personalidad de la ciudad de México.

El ojo de García es sintético y directo. El observador se identifica, se mira en esas imágenes, las cuales más allá de ser testimonios son espejos y son opiniones; como fotorreportero se convirtió en un líder de opinión, logró —ahí radica su maestría— vincular el sentido informativo con el pensamiento de una época. Ha visto a la imagen tomar el poder y también ha sabido controla esa ambición: su fotografía no es perversa en el sentido de imponer una idea ni tampoco es complaciente, sus fotografías son lo que son a pesar de nuestra empatía y nuestra desaprobación.

 
 
 
 
   

El cuerpo de su obra está integrado por distintas variaciones de un mismo tema: la ciudad (principalmente). En su trabajo la urbe es protagonista, pero también supo retratar al campo (serie Semana cora) o el extranjero, pero siempre ha resaltado ese detalle que transforma una escena en algo inolvidable.

Las imágenes de García no sólo documentan la historia de la ciudad de México y su modernización, son punto de referencia en nuestra memoria, en el imaginario colectivo. Son parte del rito urbano de la contemplación.• 

*Miriam Mabel Martínez (ciudad de México, 1971) ha sido becaria en dos ocasiones del Centro Mexicano de Escritores. Recientemente lo fue del Fonca en la categoría de Jóvenes Creadores, en el género de cuento. Está por aparecer su primera novela.