El volcán Popocatépetl
Delfino Hernández Láscares
Dentro de los tipos de erupciones que podría presentar el Popocatépetl, también existen diferentes tipos de materiales que arrojaría de acuerdo con la intensidad de la misma. A continuación se resumen algunos de ellos.
Flujo, derrame o colada de piroclásticos. Los flujos
de piroclásticos son mezclas de gases volcánicos,
agua, ceniza y otras partes sólidas. Las velocidades
de estas avalanchas tienen un máximo de hasta 66 km/h
con velocidades promedio de 250 km/h. Como la
proporción de sólidos es mayor que la de fluidos,
posee gran inercia y su movimiento es controlado en
gran parte por la topografía.
Oleadas de piroclásticos. Las oleadas, como los
flujos de piroclásticos son mezclas de gases y
cenizas volcánicas a altas temperaturas, pero la
proporción de gases es mayor que los sólidos. Estos
piroclásticos pueden viajar con velocidades de hasta
500 km/h, a temperaturas entre 300 y 400ºC.
Materiales aéreos y lluvia de cenizas. Durante una
erupción, los materiales sólidos mezclados con los
gases y líquidos volcánicos son arrojados por el
cráter a velocidades de varios cientos de kilómetros
por hora. Estos materiales pueden quedar suspendidos
a lo largo de varios kilómetros sobre el cráter por
efecto de la sustentación que les proporciona la
continua salida de material a través del mismo,
formando lo que se conoce como columna eruptiva. Por
estos procesos ha pasado el Popocatépetl. Por lo que
respecta a la parte superior de la columna, o pluma
eruptiva, es usualmente arrastrada por los efectos
del viento y deposita a su paso el contenido de
cenizas.
Aunque éstas no tienen la peligrosidad de los
fenómenos anteriores, causarían cierto grado de
destrucción al acumularse en techos y producir el
colapso de las estructuras que las sostiene, además
de producir efectos nocivos en los animales que se
alimentan de pastizales, así como la desorganización
del tránsito en la ciudad y los patrones del drenaje
al acumularse en calles y carreteras.
Flujo de lodo o lahares. Los flujos o corrientes de
lodo, también llamados lahares, son la mezcla de agua
y detritos que se originan en un volcán. Su presencia
es particularmente frecuente luego de una erupción,
pues los productos de la misma se mezclan con el agua
contenida en la nieve. Un riesgo latente en el
Popocatépetl, si hace erupción, es el
descongelamiento del glaciar o la cubierta de nieve,
que variaría según la época (figura). Por esta
razón, los poblados aledaños a los cursos naturales
de agua son los más amenazados.
El alcance de estos derrames podría ser de
varias decenas de kilómetros, con valores típicos de
alrededor de 15 a 25 km, dependiendo de las
pendientes sobre las que avance; sin embargo, el
ensolvamiento de los cauces, al ocurrir
periódicamente, provoca que el lahar avance
distancias mucho mayores.
Incendios. Tanto la lluvia de cenizas como los flujos
y oleadas de piroclásticos son capaces de ocasionar
incendios si la temperatura de los materiales
emitidos es lo suficientemente alta y son acumulados
en áreas boscosas, pastizales u otros tipos de
vegetación o construcciones inflamables.
Gases y lluvias ácidas. Los magmas contienen gases en
solución que son liberados durante y entre
erupciones. Consisten esencialmente en vapor de agua,
bióxido y varios compuestos de azufre, cloro, flúor,
hidrógeno y nitrógeno. El monóxido de carbono es
venenoso, no así el bióxido, pero no por esto deja de
constituir un peligro pues desplaza o diluye el
oxigeno y ocasiona la muerte por asfixia. Estos dos
gases son peligrosos por su mayor abundancia y por
ser inodoros. El bióxido de carbono es más pesado que
el aire y puede fluir pendiente abajo concentrándose
en depresiones que constituyen auténticas trampas. El
bióxido y trióxido de azufre son gases tóxicos
comunes en erupciones volcánicas, pero son
detectables por su olor irritante.
La magnitud destructora de una erupción
volcánica tendría efectos devastadores. Las grandes
erupciones de ceniza suelen ir seguidas de
corrimientos de tierra o de corrientes de fango. A
veces la ceniza que se acumula junto al cráter se
derrumba, llevándose parte de la montaña con ella.
Los fuertes aguaceros suelen empeorar la situación al
crear una masa espesa y empapada que acaba
precipitándose en forma de corriente o colada de
fango. En las montañas, tanto los temblores como las
erupciones dan lugar a las avalanchas.
La erupción de un volcán viene precedida a
menudo por terremotos y por ruidos retumbantes como
truenos, los cuales pueden continuar a escala
gigantesca durante la erupción. Antes de que ésta
tenga lugar, con frecuencia se abren fisuras, se
secan los lagos y aparecen en muchos sitios
manantiales calientes.
En el poco probable caso de que la actividad del
Popocatépetl evolucione hacia una erupción de mayores
proporciones, se espera que se presenten
manifestaciones precursoras que puedan ser detectadas
por los sistemas de monitoreo antes de que se
desarrolle una actividad altamente explosiva y con la
anticipación suficiente para permitir una evacuación.
Aunque es cierto que la lava no haría gran cosa,
debe pensarse en el desastre que provocaría al
ecosistema, social, económico y político. Una
erupción volcánica opera grandes cambios sobre el
paisaje. En el mundo entero, la tierra es un recurso
valiosísimo; para el campesino, una erupción de menos
de 20 cm de ceniza constituye una bendición, porque
está llena de nutrientes que enriquecen el suelo,
pero un exceso de este fertilizante gratuito resulta
catastrófico.
Una erupción de baja a mediana intensidad sería
suficiente para crear un desastre en el entorno de la
región del Popocatépetl: la vegetación sería de las
primeras afectadas, la fauna alterada provocaría un
desequilibrio ecológico, la agricultura se vería
seriamente dañada y las cosechas se perderían de
inmediato; hay que tomar en cuenta que muchas
familias dependen de la agricultura que se desarrolla
en el entorno del volcán. Los centros de actividades
recreativas que tienen aguas medicinales,
principalmente en el estado de Morelos, se afectarían
por la contaminación de sustancias químicas derivadas
de la actividad volcánica. La población tendría la
necesidad de migrar a las grandes ciudades, con todo
lo que ello implica.
Por otro lado, se tendría que dar albergue a los
damnificados; el problema sería cómo, cuándo y en qué
tiempo. Asimismo, las pérdidas materiales y el costo
económico serían invaluables.
Como es frecuente en México cuando ocurre un
desastre, los grupos políticos oportunistas harían
acto de presencia. El problema podría convertirse en
un pretexto político, tal y como ocurre actualmente
en Chiapas.
Delegaciones del D.F. que se verían afectadas
En caso de erupción, los materiales que llegarían a
la Ciudad de México serían prácticamente
piroclsticos, es decir, aéreos, como gases y ceniza
volcánica de grano fino, que pueden llegar a más de
50 km del origen del volcán. Las delegaciones
tentativamente afectadas serían: Milpa Alta, Tláhuac,
Xochimilco, Iztapalapa, Tlalpan y Coyoacán; en menor
proporción estarían Magdalena Contreras, Cuajimalpa,
Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc,
Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero y Azcapotzalco
Medidas de acción
Qué hacer antes, durante y después en caso de que
haga erupción el volcán Popocatépetl y el material
llegue a las ciudades de Puebla, Tlaxcala y México
Antes
1. Permanecer pendiente del semáforo de alerta
volcánica.
2. Diseñar y practicar rutas de evacuación.
3. Verificar que puertas y ventanas funcionen
correctamente y revisar techos.
4. En los laboratorios de computación se debe mantener
debidamente cubierto el equipo, ya que la ceniza
volcánica es tan fina que puede filtrarse a través
de los marcos de las ventanas.
5. En hospitales se deberá hacer una correcta revisión
de puertas y ventanas para que no se filtren las
cenizas, sobre todo en los cuneros.
6. Los estanques de agua potable, cisternas y piletas
deben estar cubiertos; sellar tinacos y depósitos
de agua.
7. Tener pilas, radios, botiquín, tapabocas, etc.
8. Mantener a la mano un directorio de emergencias.
Durante
1. Permanecer en las viviendas y cubrir puertas y
ventanas. Salir a la calle, sólo cuando sea
necesario, protegiéndose debidamente ojos, nariz y
boca.
2. Cubrir los alimentos en forma apropiada.
3. Si las circunstancias lo requieren, usar filtros y
tapabocas.
4. Pueden persistir por varias horas y contener ceniza
muy fina, arenilla y algunos fragmentos de pómez de
varios milímetros, de tal forma que se deberá tener
precaución de barrer permanentemente techos, pisos,
etc. La ceniza no es tóxica, pero es abrasiva por
la sustancia pómez que la forma. Evitar la
inhalación prolongada de esas cenizas o su caída en
los ojos, por su carácter irritante y erosivo.
5. Con lluvia, la ceniza es más pesada, como ocurrió
el 30 de junio; se debe estar alerta para tomar las
decisiones que más convengan.
6. El riesgo asociado a la actividad de rayos es
similar al que se presenta en una tormenta
meteorológica normal. Esta actividad eléctrica
puede producir una interferencia considerable sobre
las comunicaciones radioeléctricas, por lo que se
deben tomar precauciones .
7. No consuma alimentos de la calle, están expuestos a
serias contaminaciones; mezclados con gases o
cenizas volcánicas pueden provocar intoxicaciones.
8. Si es necesario salir a la calle, protéjase
debidamente, sobre todo, ojos, nariz y boca.
Después
1. Barrer polvo o ceniza y depositarlo en bolsas y
botes de basura. No debe tirarse a las coladeras,
ya que se endurece fácilmente.
2. Ante la posibilidad de que se repitan exhalaciones,
debe mantenerse alerta.
3. Guardar la calma.
4. Tener cuidado al limpiar superficies delicadas,
pues la ceniza las raya con facilidad.
5. Si llueve durante o después de la lluvia de
cenizas, el lodo resultante es resbaloso, por lo
que hay que extremar precauciones al conducir.
6. La acumulación de ceniza húmeda en conductores
eléctricos puede provocar cortos circuitos o la
electrificación del suelo si son de alta tensión.
7. No ingerir agua o alimento que haya recibido polvo
de ceniza.
8. No realice actividades al aire libre.
Si es necesario, solicite información a través de las
unidades de Protección Civil de su delegación.©
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