El cauce de la poesía gallega

* Carmen Nozal 

Durante los años setenta la atención de la crítica literaria española fue atraída por la producción poética realizada en Galicia, la cual mostró una ruptura con la estética social-realista que se había iniciado con la trascendental influencia de voces poéticas como la de Rosalía de Castro, Curros Enríquez o Eduardo Pondal, hasta el descubrimiento de los trovadores medievales. 

Aunque a principios del siglo xx una clara renovación de raíces simbolistas y modernistas se manifestaba preocupándose por enriquecer el lenguaje y demostrando el gusto por la estrofa cincelada y los ritmos musicales, el vanguardismo tuvo en Galicia un desarrollo tan temprano como breve. Paralelamente, se desarrollaron las tendencias neotrovadoristas y humanistas. 

De hecho, en la Galicia de posguerra la lírica recorre los caminos abiertos años atrás. Hasta los años cincuenta y sesenta la poesía gallega —como la castellana o la catalana—, aunque con cierto retraso, va a pasar de las preocupaciones existenciales a las inquietudes sociales. Este tránsito bien puede llevar una fecha: 1962, cuando se publica Longa noite de pedra, de Celso Emilio Ferreiro, cuya influencia ha sido decisiva en los autores más jóvenes. 

Sin embargo, la divulgación del poema experimental "Viet Nam canto" de Uxío Novoneyra, al que Rodríguez Fer relaciona con la poesía fonosimbolista y el movimiento beat, así como la poesía política, con fuertes rasgos expresionistas y surrealistas del Cancionero de Heriberto Bens, de Méndez Ferrín, o el existencialismo litúrgico de Arcadio, revelan los síntomas de este cambio consolidado en 1976 con la aparición de dos poemarios: Mesteres, de Arcadio López Casanova, y Con pólvora e magnolias, de Xosé Luis Méndez Ferrín. 

Desde entonces, y al redescubrir las posibilidades del lenguaje poético, de los recursos formales y de la dimensión estética del poema frente al coloquialismo y a la complacencia ética del social-realismo, se ha observado una profunda transformación. Sin renunciar al tema político, numerosos poetas gallegos cantan desde el intimismo, el erotismo, la metafísica y la mitología, compartiendo una versatilidad estilística que va del verso libre al alejandrino o al soneto y abriendo, en definitiva, una ventana más universal al galaico-portugués, uno de los romances más aptos para la lírica. 

De la vasta producción generada en Galicia, los libros O cimo das idades tristes, de Xosé María Álvarez Cáccamo, Pasa un segredo, de Ramiro Fonte, Anos de viaxe (Poesía 1981-1987), de Xabier Rodríguez Baixeras, y A cámara de névoa, de Vitor Vaqueiro, publicados en la década de los ochenta, representan un buen ejemplo no sólo del cauce tomado por la poesía después de la época de búsqueda y transición, sino también de intercomunicación poética y crítica, siendo el mar una de las claves de su lenguaje, así como la ciudad perdida, la desolación existencial y el viaje iniciático. 

Con Xosé María Álvarez Cáccamo en O cimo das idades tristes se refleja una poética de lluvia y frío "ate o xelo que é pedra e logo cinza" ("hasta el hielo que es piedra y luego ceniza"), donde la segunda persona se dirige, implacable, al lector: 

    Alcanzas mui triste 
    as palabras para iluminar esa tristeza 
    entón sabes tamén 
    que un poema é unha música que mata. 

    (Alcanzas muy triste 
    las palabras para iluminar esa tristeza 
    entonces sabes también 
    que un poema es una música que mata). 

Estos versos sustraen, en cierta forma, el paisaje que congrega las miradas de los poetas, anteriormente citados, de los cuales he traducido unos fragmentos: 


 
 
 
 


 
 
 
 
 
 

*Carmen Nozal (Gijón, Asturias, 1964) reside en la ciudad de México desde 1986. Es licenciada en lengua y literatura hispánicas por la UNAM. Ha publicado diversos libros de poesía, entre los que se cuentan Juglar de silencio, En el reino de la luz y El espejo de Luzbel.

 

Libremente1

Celso Emilio Ferreiro 

Nós queríamos libremente 

comer o pan de cada día. Libremente 

morderlo, masticarlo, dixerirlo sin miedo, 

libremente falando, cantando nas orelas 

dos ríos que camiñan pra o mar libre. 

Libremente, libremente, 

nós queríamos somente 

ser libremente homes, ser estrelas, 

ser faíscas da grande fogueira do mundo, 

ser formigas, paxaros, miniños, 

nesta arca de Noé na que bogamos. 

Nos queríamos libremente surrir, 

falarlle a Dios no vento que pasa 

—no longo vento das chairas e dos bosques— 

sin temor, sin negruras, sin cadeas, 

sin pecado, libremente, libremente, 

coma o aire do mencer e das escumas. 

Coma o vento. 

Mais iste noso amor difícil rompeuse, 

—vidrio de sono fráxil— 

nun rochedo de berros 

e agora non somos máis que sombras. 

Libremente
 
 

Queríamos libremente 

comer el pan de cada día. Libremente 

morderlo, masticarlo, digerirlo sin miedo, 

libremente hablando, cantando en las orillas 

de los ríos que caminan hacia el mar libre. 

Libremente, libremente, 

queríamos solamente 

ser libremente hombres, ser estrellas, 

ser chispas de la gran hoguera del mundo, 

ser hormigas, pájaros, gatitos, 

en este arca de Noé en la que bogamos. 

Queríamos libremente sonreír, 

hablarle a Dios en el viento que pasa 

—en el largo viento de las llanuras y de los bosques— 

sin temor, sin negruras, sin cadenas, 

sin pecado, libremente, libremente, 

como el aire del amanecer y de las espumas. 

Como el viento. 

Pero este nuestro amor difícil se rompió, 

—vidrio de suelo frágil— 

en un roquedal de gritos 

y ahora no somos más que sombras. 

1De Longa noite de pedra, incluido 
en Poetas gallegos contemporáneos
Barcelona Seix Barral, 1972. 


 

Con pólvora e magnolias 

(fragmento) 

Xosé Luis Méndez Ferrín 

Sentarame ben chorar nesta noite 

porei irlanda vilanova dos infantes dúas rosas no ferrol de ferro

e os teus ollos infideles no gume do crepúsculo 

intentarei porme diantre de min por unha vez 

e deixar nas portas bandeiras esfarrapadas pimentel e sirgos rotos 

sentarame moi ben chorar e unha paipa 

darame ese ton o'casey cuando fillos de carne miña e non de pedra pómez 

desfanse en abalorios antre os deos 

[...] 

sentarame moi ben un descarregar horror e certa insania 

porque teño un cabalo que nunca tiven a este crepúsculo

sentaranme moi ben diante dos ollos cóbregas e detalles de acibeche

que digan son eu só pérdome cinza desesperado vento foula

sentarame chorar polo meu pasado eu coma alabastro 

ergueito nos abrentes illa loubada de cristal cunqueiro 

[...] 

digo que irmáns non teño nesta noite 

digo que estou a chorar só coma quen canta 

e cego o canto contra o gran silencio que estala e trae un tiro no bandullo


Con pólvora y magnolias

Me sentará bien llorar en esta noche 

pondré irlanda vilanova de los infantes dos rosas en el ferrol de hierro 

y tus ojos infieles en el filo del crepúsculo 

intentaré ponerme por una vez delante de mí 

y dejar en las puertas banderas deshilachadas pimentel y cribas rotas

me sentará muy bien llorar y una pipa 

me dará ese tono o´casey cuando hijos de mi carne y no de piedra pómez 

se deshagan en abalorios entre los dedos 

[...] 

me sentará muy bien un descargar horror y cierta insania 

porque tengo un caballo que nunca tuve y este crepúsculo 

me sentarán muy bien delante de los ojos cobras y detalles de azabache 

que digan soy yo solo me pierdo ceniza desesperado viento polvo 

me sentará llorar por mi pasado yo como alabastro 

erguido en los albores isla alabada de cristal cunqueiro 

[...] 

digo que hermanos no tengo en esta noche 

digo que estoy llorando solo como quien canta 

y ciego el canto contra el gran silencio que estalla y trae un tiro en el vientre 


Mesteres 
(fragmento) 

Arcadio López Casanova 

Galicia 

Alicia 

de pano verde, axóuxere 

de seixo, 

Templo, torre 

de exilio, 

inorde 

son de Noite i arada, 

fío de rodela e galos murtos, 

tecedeira 

de eiras 

de laz, 

rillada 

rella, 

sábrego contra a man de esmola 

tola 

de lume no monte, 

onte 

i antonte, 

sempre, 

CAIVANCA NA QUE ALANCA
UN CABALO DE FRÍO 

Mesteres
 
 
 

Galicia, 

Alicia 

de pañuelo verde, cascabel 

de piedra, 

Templo, torre 

de exilio, 

poco a poco 

son de Noche y arada 

hilo de rodillo y gallos muertos, 

tejedora 

de eras 

de helada, 

rumiada 

reja, 

argamasa contra la mano de limosna 

terrón 

de lumbre en el monte 

ayer 

y anteayer; 

siempre, 

VALLE EN EL QUE AVANZA
UN CABALLO DE FRÍO 


 

Biografía de un recordo2
(fragmento) 

Ramiro Fonte 

Xa os ollos do poeta son distintos 

A aqueles que , nun marzo ben lonxano, 

Abriran o seu libro con ávidas entregas. 

Xa nada nos pertenece daquel tempo 

[...] 

Morreu o grande tempo do mar; 

A súa desvivida tempestade, 

O das viaxes todas cara un sur agoirado

con corazón de véspera e mencer. 

[...] 

É unha fenda pechada pola nostalxia escura, 

Un mal sabor de boca, unha canción que doe 

Á espalda de nós mesmos, coa súa música vella. 

Biografía de un recuerdo
 
 
 

Ya los ojos del poeta son distintos 

A aquellos que, en un marzo bien lejano, 

Abrieron su libro con ávidas entregas. 

Ya nada nos pertenece de aquel tiempo 

[...] 

Murió el gran tiempo del mar; 

Su desvivida tempestad, 

El de los viajes frente a un sur presagiado 

con corazón de víspera y amanecer.

[…] 

Es una hendidura cerrada por la nostalgia oscura, 

Un mal sabor de boca, una canción que duele 

A espaldas de nosotros mismos, con su música vieja. 

2Incluido en el libro Pasa un segredo


 

Anos de viaxe (1981-1987) 
(fragmento) 

Xabier Rodríguez Baixeras 

Noite impura de mares invisibeis 

onde aboia un tremor, o breve aceno 

dunha remota idade. Tamén nós, 

nos baixíos, habemos de perder 

esa vida de fora disipados. 

  Años de viaje
 

 

Noche impura de mares invisibles 

donde aflora un temblor, o breve gesto 

de una remota edad. También nosotros, 

en los bajíos, hemos de perder 

esa vida de afuera disipados. 


 

Arribada3
(fragmento) 

Vítor Vaqueiro 

Na distáncia a nau ia alonxando o su velame 

das nosas terras, dos nosos recordos, das praias e dos mortos 

que, presentes, ian ao pé de nós en comitiva 

inmorrente até o cabo das idades, das épocas. A nau esmorecia

no horizonte, mais deixaba a promesa 

da sua volta nos nosos corazóns. 

Llegada
 
 
 

En la distancia la nave iba alejando su velamen 

de nuestras tierras, de nuestros recuerdos, de las playas y de los muertos

que, presentes, iban al pie de nosotros en comitiva 

inmortal hasta el cabo de las edades, de las épocas. La nave se desvanecía 
 
 

 

3Incluido en el libro A cámara névoa.