Hipertexto: Espacio donde autor y 
lector intercambian su papel 
 
*Ana María Peppino Barale
Situamos el comienzo de la historia en el momento en que el ser humano fue capaz de registrar los hechos por escrito. Barro, arcilla, piedra, marfil, madera, papiro, cuero, pergamino y tela fueron, en su momento, soportes para la escritura. Con la invención de la imprenta el libro se transformó en el modo usual de transmitir el conocimiento. 

La significación del libro es de tal magnitud que no es casual que dos importantes religiones resuman su fe en un libro sagrado —Biblia, Corán— y que, como símbolo bárbaro, los regímenes dictatoriales ordenan arrojar los libros a las llamas para exterminar las ideas en ellos guardadas. Ray Bradbury imaginó una sociedad donde se consideraba un crimen la posesión de un libro y donde el cuerpo del delito era reducido a cenizas por la diligencia de bomberos, que en lugar de apagafuegos eran incineralibros. 

De cierta manera, el tema de este artículo tiene que ver con la profecía de Fahrenheit 451, aunque de un modo distinto al anunciado por Bradbury. No actuarán los diligentes bomberos, tampoco tendremos que recurrir a los memoristas voluntariosos para conservar el saber. Será menos dramático. Sencillamente, la palabra busca un nuevo soporte, tal como ha sucedido tantas veces en el pasado. 

A las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC) y no a los bomberos se les atribuye esa "muerte" anunciada. En el mundo actual, un sistema binario de escritura compite con el libro en papel. El hipertexto anunciado por Ted Nelson en 1965 refuerza su práctica con el desarrollo de las computadoras. 

Las NTIC permiten la comunicación a menor costo y a cualquier parte del mundo; asimismo, favorecen innovaciones cuya aplicación exige desarrollar habilidades para participar en un mundo donde la comunicación humana se torna irreconocible en poco tiempo. Los papeles tradicionales son superados por espacios novedosos, donde autor y lector intercambian su papel para la construcción de un texto múltiple y en constante recreación. 

Esta introducción en la cotidianidad de la sociedad actual representa un cambio en sus patrones socioculturales que tiene que ver con la incorporación (según la capacidad económica) de las herramientas que facilitan la rapidez de la transmisión y recepción de mensajes. El nuevo paradigma telemático de comunicación e información conocido como Internet representa una valiosa opción para ampliar los beneficios de la educación y la cultura en general. 

Así, el hábitat cibernético representa un reto para trasponer el texto lineal a un espacio abierto, múltiple, que fragmenta el contenido y lo dispersa por el espacio hipertextual. En este soporte cambian las reglas y los parámetros a que estamos acostumbrados. Este nuevo tipo de escritura conduce de manera necesaria al replanteamiento de conceptos tradicionales, que no funcionan para explicar la nueva realidad donde impera el principio de coordinación y no de subordinación de los elementos.

 
 
 

El campo de la cibercultura da lugar a una renovación del sistema de escritura favorecido por una plataforma electrónica en continuo desarrollo. El material electrónico permite la combinación de diferentes recursos (música, imágenes, movimiento, interacción) y exige, por fuerza, otra manera de escribir y leer. 

Hipertextualidad 

Desde las últimas décadas del siglo pasado la organización del conocimiento y de la información ha sufrido el impacto de las nuevas tecnologías. Con esto surge la necesidad de atender a las categorías conceptuales que componen el universo de la comunicación contemporánea. Nociones como interface, interactividad, virtual, ciberespacio, cibercultura, hipertexto, hipermedia y otras, parecen indicar no sólo una redefinición del papel de los medios de comunicación en el contexto histórico y cultural de la humanidad, sino también un nuevo rumbo de las relaciones de los seres humanos con todo lo que crea, de la palabra como orden del pensamiento a la actual computadora. 

Si bien la hipertextualidad no es una invención contemporánea, ya que se encuentran antecedentes de esa estructura narrativa en algunos registros históricos de obras de ciencia, literatura y filosofía, ahora gana impulso con el avance de la creciente acción dialógica entre el hombre y la técnica. Tomando la conceptualización de hipertextualidad como punto de convergencia de otros conceptos, constatamos que ella revela los límites y, por eso mismo, la debilidad del discurso tradicionalmente lógico, acabado, cerrado en sí. Las infinitas posibilidades de conexión entre fragmentos de textos y textos enteros favorecen la flexibilización de las fronteras entre diferentes áreas del conocimiento humano. 

Teóricos como Theodor Nelson, Roland Barthes, Jacques Derrida y Andries van Dam sostienen que "deben abandonarse los actuales sistemas conceptuales basados en nociones como centro, margen, jerarquía y linealidad, y sustituirlos por otros de multilinealidad, nodos,1 nexos2 y redes".3 

Hipertexto 

El prefijo "hiper" significa "encima" o "por encima"; a principios del siglo pasado se empleaba en física para designar el espacio definido por la teoría de la relatividad de Einstein: "hiperespacio", el espacio visto de otro modo. Lo mismo sucede con el texto.4 

George Landow5 destaca las siguientes características del hipertexto: 

a) se entiende al hipertexto electrónico como una escritura no secuencial, como un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva; 

b) se trata de un "texto compuesto de bloques de palabras (o de imágenes) electrónicamente unidos en múltiples trayectos, cadenas o recorridos en una textualidad abierta, eternamente inacabada y descrita con términos como nexo, nodo, red, trama y trayecto"; 

c) la serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos forman diferentes itinerarios para el usuario; 

d) se experimenta como un sistema que se puede descentrar y recentrar hasta el infinito, 

e) cuando se incluye información visual, sonora y animación, entre otras, se utiliza la expresión hipermedia, y de esta manera la noción de texto va más allá de lo verbal. 
 

 
 
 
Esta forma de expresión afecta no sólo la experiencia de la lectura sino también la naturaleza de lo leído. Si tomamos una obra literaria y tejemos a su alrededor diversas posibilidades de lectura, el lector puede constituirse también en productor del texto, en copartícipe de la obra, porque estará construyendo una nueva obra cuya totalidad podría resultar más importante que el texto base. 

Mikhail Bakhtin se ha referido a la novela dialogística, polifónica, en la que participan múltiples voces y que, según él, está construida no como el conjunto de una única conciencia que absorbiese en sí misma como objetos las otras conciencias, sino como un conjunto formado por la interacción de varias conciencias, sin que ninguna de ellas se convierta del todo en objeto de otra.6 

De igual manera, el hipertexto permite una diversidad de voces superando el dominio de una sola voz y construyendo "una narrativa en perpetua formación según el propio trayecto de lectura".7 

El término acuñado por Theodor H. Nelson en los años sesenta del siglo xx se refiere a un tipo de escritura y de lectura no lineal con la cual se inicia la transición de la imprenta al hipertexto informático. El invento de Gutenberg representó un gran salto pero no modificó sustancialmente la manera de leer que poco antes había sufrido un cambio sustancial: la separación en palabras en lugar de la escritura continua. Ahora, con la tecnología informática es posible desarrollar textos que se bifurcan e implican lecturas en varias dimensiones; que requieren de una selección permanente de qué incluir y excluir en el momento de la lectura. Esta modalidad demanda una relación original entre escritor y lector. El texto lineal que conduce al lector de línea en línea, de párrafo en párrafo, de hoja en hoja, de capítulo en capítulo da paso a un hipertexto que hace posible saltar y reconstruir —o construir— un nuevo tipo de texto. En este sentido, el hipertexto es un texto construido y leído de otro modo, donde el lector programa su recorrido personal desde la pantalla de su computadora y desde ahí se enfrenta no sólo a las palabras sino también a la imagen y al sonido. Leer se torna una actividad más atrevida, más lúdica. 

Así, el hipertexto entendido como un texto central apoyado por un número ilimitado de bloques de información, a los que es posible acudir con sólo pulsar una tecla, permite un proceso novedoso de organización de la información y del conocimiento que facilita, por ejemplo, no nada más almacenar múltiples páginas, imágenes gráficas y horas de video, sino que el lector puede navegar —metáfora que se emplea para explicar el tipo de recorrido por ese texto complejo— y traer a la pantalla la información deseada que se transporta desde diferentes sitios del hipertexto. 

Se puede argumentar que esto sucede en los libros tradicionales con las notas a pie de página, las cuales incluyen contenidos extras que apoyan, refuerzan, complementan o explican determinados pasajes del texto; que anotan la fuente de una cita o de una idea; o que remiten a otras partes del mismo escrito. En efecto, la idea no es original. Para la cultura en general y la educación en particular, significa un reto y una fascinante oportunidad para elaborar una obra colectiva, multidisciplinaria, abierta, proyectada por medio de infinitas redes hipertextuales a innumerables lectores-escritores capaces de modificarla sin límite. Lugar donde también se multiplica el trabajo del lector porque "desde el hipertexto toda lectura es un acto de escritura".8 Es decir, la escritura y la lectura se transforman en actividades intercambiables. 

Asimismo, el lector deja de ser pasivo, aumenta su capacidad de elección sin disminuir la del autor. Hasta este momento el lector tenía escasas opciones de diversificar sus rutas de lectura. Aunque quiero recordar que hace varias décadas Julio Cortázar anunciaba a los lectores que Rayuela no era un libro sino muchos y daba las claves para la lectura múltiple. Lo que parecía, en ese momento, la broma de un gran cronopio no era más que la intuitiva presentación de una novela hipertextual. Ahora el hipertexto no sólo permite sino que estimula al lector para aprovechar los nexos electrónicos, a fin de unir los fragmentos de texto según su propia necesidad. 
 

 
 
 

Navegar 

El hipertexto obliga a construir el texto que se lee. No línea por línea ni párrafo por párrafo, sino sección por sección (o lexias, como diría Barthes).9 Al separar las secciones en que se puede articular un texto se hace posible una forma diferente de leer y también de pensar, ya que la mente opera por asociación y este sistema de recuperación de información sigue un perfil similar, al conectar asuntos relacionados que posibilitan la construcción de un camino personal a través del laberinto de materiales disponibles. Prueba de ello es que no resulta fácil para los que empiezan. La sensación es de desconcierto, no se sabe por dónde continuar y la necesidad de elegir puede resultar más un problema que una ventaja. 

El sistema hipertextual está presente en la Internet, que representa toda una revolución en el mundo informativo en general, ya que ofrece un documento interactivo en el cual se almacenan grandes cantidades de información en un mínimo espacio y además se supera la linealidad del contenido, característica de soportes anteriores. Podemos definir el hipertexto como sistemas de escritura/lectura, almacenamiento/recuperación multidireccionales, multirrelacionales y multidimensionales. 

De tal forma que es el propio usuario quien se mueve por todo ese bagaje informativo, eligiendo sus propios caminos de lectura/consulta, de las diferentes informaciones que se encuentran almacenadas. Por supuesto que esa navegación está controlada de origen para evitar perderse a la hora de llevar a cabo una consulta. Respecto de la no-linealidad del hipertexto es conveniente aclarar que, en realidad, el lector sigue una secuencia lineal para ir de un pasaje a otro. Se habla de no-linealidad en el sentido de que no se lee el texto de principio a fin siguiendo una secuencia preestablecida y casi inalterable; el hipertexto se construye de redes10 alternativas que favorecen la libertad de relacionar sus partes según la decisión o interés individual de cada lector. 

La característica esencial del hipertexto no es tanto la no-linealidad (entendiendo linealidad como secuencia única, fija, como las páginas de un libro) sino la posibilidad de elección. La interacción del lector para determinar cuál de las diferentes rutas disponibles seguirá en cada momento representa la construcción de una trama personal; así, el lector se transforma en autor o, más bien, en coautor. 

Según lo anterior, el vocablo lector da lugar al de navegante, con calidad de capitán, ya que escoge su propia ruta de navegación; por eso el navegante del hiperespacio es también un "constructor de coherencias". De la misma manera, cambia el papel del autor, ya que 
 

El hipertexto no tiene autores en el sentido tradicional... como herramienta pedagógica convierte al profesor de un líder en una especie de tutor o compañero... como medio de escritura transforma al escritor en editor y colaborador... como el cine y el video o la ópera, implica trabajo de equipo.11
 
 
 
   
 
Apoyos 

Las posibilidades del hipertexto descansan en un soporte óptico que ya es considerado como "el nuevo papiro del siglo XXI".12 Se trata del cd-rom, cuya capacidad y características facilitan todas las actividades relacionadas con las tareas de almacenamiento y recuperación de información. Las diferentes aplicaciones que permite este soporte en el campo de la edición electrónica son ya una realidad. Diferentes documentos en cd-rom, como enciclopedias, diccionarios, bases de datos y cualquier otro tipo de fondo documental, constituyen en la actualidad una herramienta de trabajo imprescindible en el quehacer universitario. 

La combinación cd-rom e hipertexto implica el poder almacenar en un mismo soporte un gran volumen de información de diferente naturaleza, relacionada entre sí, estableciendo de este modo diferentes y casi infinitas combinaciones. La aparición de los soportes de almacenamiento masivo y los sistemas de recuperación como los hipertextos modifica las posibilidades informativas, originando nuevos productos caracterizados por la interactividad. 

Aplicación 

Para tareas de documentación e investigación esta modalidad resulta sumamente útil y práctica, pues facilita un acceso directo a múltiples fuentes de interés. Qué sentirá, por ejemplo, un interesado en los trabajos sobre el Antiguo y Nuevo Testamento al enterarse de que Ellis Enterprises Incorporates (eei), en colaboración con Integrated Systems Solution Corporation (issc) —subsidiaria de ibm—, han puesto en el mercado The New Bible Library, que reúne en un disco compacto más de 80 volúmenes, 16 biblias, 25 estudios de referencia, un diccionario de palabras de los libros sagrados y numerosos mapas electrónicos a todo color de Tierra Santa. 

No obstante los beneficios mencionados, muchos son los que no le auguraban ningún futuro en el campo de la ficción. Hace siete años leí con regocijo el siguiente párrafo 
 

...en la Universidad de Brown, en Providence, Estados Unidos, se están creando ficciones en hipertexto. Bob Arellano, uno de sus más entusiastas cultores, las define así: "En lugar del narrador tradicional, que escoge un determinado personaje, o una acción y lo abandona para centrarse sobre otro, tenemos un lector libre, que puede elegir él mismo la trayectoria de la trama. Ante dos personajes que se despiden en una esquina, el narrador tradicional seguirá a uno de ellos. Sin embargo, el lector en hipertexto es libre de mirar dentro de uno, de otro, o, si quiere, de los dos personajes. El trabajo del escrito hipertextual se multiplica considerablemente".13

Y también se multiplica el trabajo del lector, porque "desde el hipertexto toda lectura es un acto de escritura".14 Es decir, la escritura y la lectura se constituyen en actividades intercambiables y, por lo tanto, el autor y el lector alternan sus papeles.

*Ana María Peppino Barale es profesora-investigadora en el Departamento de Humanidades, de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Es licenciada en comunicación, maestra en enseñanza superior y doctora en estudios latinoamericanos; integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Entre sus libros destacan Las ondas dormidas. Crónica hidalguense de una pasión radiofónica (1989), La radio permisionada en México: el caso de Hidalgo (1990), Radiodifusión educativa (1991), Radio popular. Inventario de organizaciones (1993) y Radio educativa, popular y comunitaria en América Latina (1999).
 

Notas 

1 Los elementos de la información, párrafos, páginas, imágenes, secuencias musicales, etcétera. 

2 Sistema de enlaces que permite pasar de lexia en lexia (unidad de lectura) a través de diversas trayectorias. Colocar un nexo es proponer una línea a seguir. 

3 George P. Landow, Hipertexto. La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología, Barcelona, Paidós, 1995, p. 14. 

4 Hipertulia. Charles Deermer, "¿Qué es el hipertexto?", http://www.hipertexto/Hipertulia_Charles (17/10/00). 

5 George P. Landow, op. cit. 

6 Mikhail Bakhtin, "Problems of Dostoevsky's Poetics", en George P. Landow, op. cit., p. 23. 

7 George P. Landow, op.cit., p. 23 

8 Pierre Lévy, ¿Qué es lo virtual?, Barcelona, Paidós, 1999, p. 44. 

9 Una lexia puede ser un trozo de texto —unidad de lectura—, pero también puede ser un conjunto compuesto de texto, imagen (fija o video) y sonido, como vemos en la World Wide Web. 

10Modelo no lineal que relaciona bloques, nodos o lexias unidos en una trama de nexos y trayectos. 

11George P. Landow, op. cit., p. 130. 

12María Victoria Nuño Moral, "cd-rom e hipertexto en prensa", http: //www. Hipertexto/cd-rom_Nuño/Universidad Complutense de Madrid. 

13Noticias, Buenos Aires, 22 de agosto de 1993, p. 49. 

14 Pierre Lévy, ¿Qué es lo virtual?,op. cit., p. 44.•