poeta, editor y cronista de cine *Luis de la Peña Martínez |
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Ya en sus primeros poemas
publicados en el número siete de la revista Mester (junio
de 1965) del taller literario de Juan José Arreola, en el que participó
durante 1967 y 1968, se pueden observar las características de la
obra de Antonio Castañeda: la concisión de los textos y el
peso, o mejor, la consistencia de las imágenes, directas y efectivas,
que fulguran con intensidad pese a lo sombrío, en muchos casos,
de su tono y su temática.
"Poética de la desolación", como la definió Guillermo Fernández en su presentación a un Material de Lectura (el 172) de la Serie Poesía Moderna de la unam, texto que igualmente aparece en el número 16 del Periódico de Poesía de la misma casa de estudios, en el que se hace una revisión de la obra poética de Castañeda. Precisamente estos elementos estilísticos estarán presentes en el último libro de poemas que Castañeda vio publicado, titulado Poemas de amor y desamor (en realidad, una breve antología de su obra a partir de dichas temáticas, Ediciones Coyoacán, 1999), en el que podemos leer la siguiente dedicatoria: "Al maestro Juan José Arreola, de quien tuve el mejor de los aprendizajes: el aprendizaje de la pasión". Ahí se encuentran
seleccionados poemas como "Filtro de amor con la énula campana",
que dedicara a su hija Claudia, o aquel que da título a su libro
La
fruta simple:
No trates
Hoy recibí |
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Varios de los libros de
Castañeda, de donde se tomaron estos poemas, aparecieron en las
entonces llamadas editoriales marginales. Así, su poemario Enigma
personal se publicó en 1976 en La Máquina Eléctrica,
que dirigían Raúl Renán y Guillermo Fernández.
En 1978 dos libros suyos fueron publicados del mismo modo: uno es La
fruta simple, en la colección El Pozo y el Péndulo, de
la Editorial Latitudes, que coordinaban Carlos Islas y Ernesto Trejo, y
el otro es Traslación de dominio, que apareció en
Cuadernos de Estraza, que el mismo Castañeda editaba.
Veinticuatro fueron los títulos que Castañeda dio a conocer bajo este concepto editorial, en que se utilizaba de manera ingeniosa el papel de estraza para formar pequeños cuadernos atados en la parte central por un cordel. Esto nos habla del carácter artesanal de dichas publicaciones, que algunos definieron también como cheap book o libro barato. Éstas cumplieron un papel importantísimo en la promoción de los jóvenes escritores de ese tiempo, quienes difícilmente podían tener acceso a las editoriales comerciales u oficiales. Un dato importante es el que refiere Gabriel Zaid en su Asamblea de poetas jóvenes de México, de 1980. Ahí señala que en la ciudad de México de 89 libros publicados por poetas menores de 30 años, 46 pertenecían a editoriales marginales, frente a 12 de ediciones personales y 31 de otras ediciones. En el total de la República, de 113 libros 49 eran de ediciones marginales (tres libros más, uno publicado en Jalapa y dos en Guadalajara), frente a 17 de ediciones personales y 47 de otras ediciones. Entre las editoriales marginales consignadas por Zaid en su antología se encuentran las anteriormente mencionadas, así como Ediciones El Mendrugo, La Máquina de Escribir, La Rosa de los Vientos, Liberta Sumaria, Poesía Artesanal (Ediciones del Coyote Esquivo, Ediciones Delanbo, Ediciones Negras) y Taller Martín Pescador, todas del Distrito Federal, así como Cuaderno Breve, de Guadalajara, y Editorial Amate, de Jalapa. De los Cuadernos de Estraza seleccionados por Zaid aparecen los tres siguientes: Bajo la arena (1978), de León Femat, Ritual en piedra (1978), de Juan Galván Paulín, y Fundaciones (1979), de Blanca Luz Pulido. Asimismo, habría que decir que en estos cuadernos publicaron autores que hoy gozan de prestigio, como Francisco Hernández, Juan Trigos y Agustín Monsreal. Otro proyecto que Castañeda
emprende en los años ochenta es el que él mismo gustaba definir
como un "sugerente cartón de poesía" (ya que estaba elaborado
con ese material), titulado La Rosa Inmaterial, título tomado de
un verso del poema "Nocturno rosa", de Xavier Villaurrutia, que empleó
también para un poema suyo, "Agonía":
Agoniza la rosa, |
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De La Rosa Inmaterial aparecen
sólo dos números. En 2000 resurge el proyecto en su segunda
época, publicándose los poemas de Carlos Flores-Michel, integrante
del Taller de Poesía Gilberto Owen, que Castañeda coordinaba.
Poemas de formato amplio, en donde, sin embargo, se nota la mano del maestro
al evitar que la extensión borre la precisión de las imágenes.
Aparte de esto, Castañeda coordinaba dos colecciones editoriales
más: una
de poesía, llamada La Flama en el Espejo, y otra de narrativa, La Gallina Degollada. Como cinéfilo que era escribió textos acerca de cine, reunidos en el libro Alfabeto de luz. Semblanzas y crónicas de cine, que la uam Xochimilco publicó en 1999. En este volumen se recogen artículos aparecidos en el suplemento El Búho, del periódico Excélsior. Ahí reconocemos la mirada poética de Castañeda, sólo que esta vez dirigida a comentar y analizar las películas de Einsenstein, Rulfo (en su faceta como guionista cinematográfico), Woody Allen, Win Wenders, Paul Leduc, Juan Antonio de la Riva, Roberto Fenza, así como el trabajo de actores como Buster Keaton, Harry Langdon, Lon Chaney, Bela Lugosi y Humprey Bogart, además de directores como Von Stroheim, Alejandro Galindo, Rainer Maria Fassbinder y Kieslowski. Esperemos que pronto se dé a conocer más de la obra de este poeta, quien nos enseñó que con materiales sencillos se puede difundir de un modo digno y bello la poesía.• |
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