Eurydice. Estructuras permeables |
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Luis Palacios Kaim |
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Desde la tensión
entre la huella y el instante cobra sentido la evocación de los
dioses y el mundo en el trabajo de Luis Palacios Kaim. Los dioses son presencias,
o mejor aún petrificaciones del silencio. Los templos/objetos son
las mediaciones con las que Luis hace entrar en escena, textualmente, la
inamovible presencia de lo sagrado. Pero también son el medio con
el que, metafóricamente, introduce el silencio y el misterio de
lo tremendo en la tragedia/su tragedia/nuestra tragedia del deseo y la
incertidumbre propia de los amantes.
¿Tiene sentido preguntarle a los dioses dónde encontrar a Eurydice? Desde luego que no, esto al parecer es lo que nos revela el ónix, la luz y la frialdad de esas moradas divinas que atan y desatan el destino de lo humano. Los dioses no entienden el deseo porque habitan en el reino de la eternidad y el deseo sólo es futuro e instante. El viaje que Palacios nos propone al mundo de los dioses significa encontrarse con la paz y quizá con la crueldad de lo sagrado. En la obra de este artista lo sagrado está en el silencio de los materiales; en la vieja metáfora de los minerales griegos que le asignan a lo marmóreo el valor de la luz, de lo inteligible donde el dolor humano se ve pasar con la lucidez y la claridad de la verdad. Pero también está la otra posibilidad de hacer de estos conos de ónix elementos a partir de los cuales se interviene en el espacio. En este sentido, el trabajo de Palacios también asume la discursividad y lo efímero característico del arte de nuestros días. Exponer e intervenir son dos niveles de textualidad del arte donde, una vez más, este artista deja clara su intención de hacer dialogar a las palabras y a las cosas, al arte como objeto puro y al arte como concepto puro. En este trabajo Luis Palacios se interna por las múltiples dimensiones del fenómeno artístico contemporáneo: el del tiempo a través del doble juego de la memoria personal y mítica, el de la textualidad por medio de la perfección técnica de sus trabajos y la claridad conceptual de su discurso y el del deseo a través de la dialéctica entre el instante de lo femenino y la huella de lo masculino. |
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Estructuras
permeables es la dialéctica entre la materialidad y la textualidad,
es el juego entre los límites del autor como creador y el autor
como pensador, pero también entre el artista y el documentador,
entre el tiempo del arte como presencia o como memoria arqueológica,
entre la permanencia de la objetualidad y la disolvencia en lo efímero
de la acción.
Fragmento de "Eurydice: instante y huella o los juegos de la mirada y el mito en la obra reciente de Luis Palacios Kaim", de José Luis Barrios Estos textos, estas fotografías no son ni comentarios ni registros, son partes de la obra misma que deviene palabra e imagen. Estos textos y estas fo.tografías, por tanto, son puntos de partida, causalidad. Su relación con la propia instalación es orgánica; mutuamente se condicionan, se conforman, dialogan. El proyecto surge de un encuentro azaroso con un barco mercante que en julio de 1997 arribó al puerto de Veracruz. Me encontraba observando desde mi habitación el movimiento del muelle cuando inesperadamente Eurydice cruzó por mi ventana. Tomé la cámara e hice una serie de fotografías registrando su llegada. Ese barco-mujer venido de quién sabe dónde, fue para mí una revelación. "Precisamente por eso, dice Orfeo, la causa vivificante de las cosas divisibles, que habita en las alturas y teje el orden cósmico de los cuerpos celestes, es una niña…" Proclo, "Comentario al Timeo de Platón" |
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Después vinieron
poliedros razonables flotando a la deriva o simplemente impidiendo que
incautos transeúntes cruzaran el Danubio sin pagar su cuota de sombra,
sepulcros blanqueados y espinosos dejando mensajes en la arena, pechos-clepsidra
o jóvenes amantes que al compás de una danza de cartón
serían finalmente amputados.
El arte es poder, trastoca la realidad, la conmueve. Aun los dioses se apiadan del artista, le permiten descender a los infiernos y rescatar a la amada. El arte triunfa, pero el temple del hombre claudica. Desmembramiento. La obra intenta un rescate, una anámnesis, un reconocimiento… ese reconocimiento es unión; complitud. Claustro barroco. Universidad Autónoma de Querétaro, jesuitas, siglo XVII. "Espacio del dialogismo, de la polifonía, de la carnavalización, de la parodia y la intertextualidad, lo barroco se presentaría, pues, como una red de conexiones, de sucesivas filigranas, cuya expresión gráfica no sería lineal, bidimensional, plana, sino en volumen, espacial y dinámica". Severo Sarduy, "El barroco y el neobarroco" Brotan de la fuente
voces, Estructuras permeables:
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Cono: vagina-pene.
Imagen ascencional, evolución,
retorno a la unidad. "La razón no puede formular un juicio sobre un cono si se concibe a éste equilibrado sobre su cúspide. Es preciso para ello que sea concebido asentado sobre su base". Salvador Elizondo, "Neocosmos" Poco a poco vamos descubriendo que no son veinte conos. Al refijarse en los cristales se duplican; al reflejarse en los reflejos ya son innumerables. Los ángeles ríen. Cada
una de las partes está ligada al todo. El espacio engendra volumen.
Los cuerpos se atraen, se
repelen. La obra rompe su autonomía y se incorpora al aire que la circunda, busca contaminarse. Reclama su condición social, desea ser habitada. • Textos y edición: Luis Palacios Kaim |
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