El dinosaurio anotado
(O la breve historia literaria de un dinosaurio desatado)
*Susana Zaragoza H.
Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta línea.
Augusto Monterroso,
Movimiento perpétuo

 
 Esta edición crítica recién publicada en torno al microrrelato de Monterroso "El dinosaurio", es otro trabajo serio y original de Lauro Zavala. El libro es resultado de una sugerente investigación con la que Zavala se destaca como especialista en relatos posmodernos. Sus contribuciones al respecto son fundamentales, ya sea por lo novedoso de la materia literaria; o bien, por su espíritu de indagación, cuyo resultado hasta hoy ha sido la revelación de un nuevo enfoque y significado alrededor de esta materia.

El multirreferido texto, como bien lo dice Zavala en el prólogo, se merece un "homenaje a la paradoja". La variedad de escritos que conforman el volumen evidencia la condición más valiosa de esas míticas siete palabras: ha propiciado un diálogo especial y continuo con los receptores desde que vio la luz. Cada lector-escritor lo ha asumido de distinta forma: como ficción o metaficción, en donde Monterroso es incluso un personaje perfectamente definido, en tanto modelo inagotable que con pequeñas variaciones adquiere un signo especial; o bien, como reflexión y análisis de su propio valor alusivo; e incluso, como un ejercicio creativo en los talleres de cuento.

Del velo mítico que envuelve al relato nosotros, los lectores, somos responsables. No niego su valor literario, lo que subrayo es el efecto multiplicador de otros sucesos literarios. Las reacciones (las respuestas, las lecturas) puestas en papel son ejemplos del inagotable poder de alusión, quizá nunca imaginadas por Monterroso al escribir uno de los relatos más breves del mundo: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Tal afirmación la hago ya que en una de las secciones del libro Testimonios, Alí Chumacero y Juan José Arreola narran la anécdota real que nutrió al relato. 

La estructura del libro está conformada por tres vertientes: la primera corresponde al prólogo, donde Zavala expone con sencillez una visión general sobre el objetivo del libro, la justificación de los textos elegidos y las secciones que lo conforman. La segunda la propondría como el "caldo de cultivo", es decir, los textos de varia invención cuyo motivo o modelo literario han sido creados a partir de "El dinosaurio". Y la tercera está enfocada a dos aspectos centrales: por un lado, a la reproducción del texto íntegro y a su manuscrito original; y por el otro lado, a fragmentos de entrevistas realizadas a Monterroso donde los temas son el relato mismo y un fragmento del diario con idéntico tema.

El calificativo de "edición crítica" lo podemos entender a partir del prólogo con que abre el texto y por la estructura del volumen. Lauro Zavala realiza una investigación histórico-literaria a partir de la cual queda de manifiesto la influencia que Monterroso y su microrrelato han tenido en el contexto de la literatura moderna en la lengua española. El libro es fruto directo de ésta y su autor se hace cargo de aclarar dos cosas desde el inicio: que los estudios literarios están descartados en esta muestra representativa y que autores cuyas obras cabrían en este "caldo de cultivo" no fueron considerados porque su intención no es exhaustiva. Pese a esto esta "edición crítica", para fortuna de los lectores interesados, nos brinda la bibliografía en ambos casos para quienes deseemos acercarnos a estos tópicos. El aparente vacío queda entonces saldado. 

La riqueza expositiva y minuciosa de Zavala en sus notas al pie de página representan el ojo de la cerradura a todo el aleph monterroseano del microrrelato. Quien lea el libro advertirá —desde el primer momento— la búsqueda tenaz y amplia por reconocer el mapa imaginario que este dinosaurio desatado ha dibujado en su vuelo ficcional. El aparato crítico que subyace al libro es menester mencionarlo y lo reflejan las mismas notas. Respecto a las antologías en que ha sido publicado el relato destacan: las chilenas, argentinas, mexicanas, españolas e italianas. "El dinosaurio" ha sido traducido al francés y al italiano, y entre los estudios críticos vale la pena mencionar las orientaciones con que ha sido analizado: sus estrategias paradójicas; su estructura gramatical y sus virtudes genéricas por su economía verbal; como parte de un compendio de relatos breves en la tradición hispanoamericana y europea; y en tanto análisis de cada una de las palabras que lo componen desde el punto de vista semántico y morfosintáctico. Para los lectores con vena curiosa podremos concebir en adelante al presente libro como punto de referencia importante dentro de la bibliografía lúdica que ya existe en torno a esa figura prehistórica.

Zavala coloca como obra paradigmática a tal figura y me parece justo que la coloque al mismo nivel de otras obras literarias y otros terrenos del arte, porque sigue seduciendo y cosechando el interés de los estudiosos; la numerosa cantidad de estudios especializados así nos lo demuestra. El autor de esta edición anotada utiliza personajes e historias de Cervantes, Poe y Cortázar, a quienes propone como contundentes argumentos y brillantes ejemplos literarios, al tiempo que brinda a otros reconocimiento con respecto a algunas obras pictóricas o cinematográficas modernas y posmodernas. 

Una segunda vertiente del libro, lúdica, en conjunto son propuestas creativas que se despliegan entre la ironía, el humor negro, la paradoja y la recreación de atmósferas poéticas entre la ensoñación y la vigilia cotidiana. Las tres primeras secciones del texto: "Cuentos sobre `El dinosaurio'", "Variaciones" y "Otros cuentos sobre `El dinosaurio'", son ficciones ultracortas o más desarrolladas. Los autores transforman al personaje imaginario en sujeto visto como prófugo de la justicia (Diana Amador, Premio Alfaguara México de minificción 2000), refrán adaptado a un molde ya existente (David Gutiérrez Fuentes), pesadilla de una animalesca realidad que no se ha perdido (Santiago Vaquera), presencias prototípicas cuyas historias desde el inicio de la humanidad (actos aborrecibles o puros, actitudes, sentimientos y mitos) se vuelven en contra de ella (Francisco Nájera), y como ser caricaturesco recreado por Hipólito G. Navarro: "El dinosaurio estaba ya hasta las narices". 

Los ensayos literarios versan en distintos tópicos. Ignacio Solares realiza un análisis del estilo monterroseano y postula condena a su capacidad de síntesis, cualidad en él intrínseca, que se mezcla con la ironía y que lo distingue de entre otros escritores. Óscar de la Borbolla y Lazlo Moussong desde sus particulares perspectivas confiesan respectivamente el encuentro de la minificción en su vida y debaten sobre el verdadero cuento más breve.

La última parte de esta segunda vertiente está en manos de Héctor Anaya. Es esta experiencia la que —me parece— ilustra mejor el proceso de creación de los receptores de "El dinosaurio". Todos los textos que reporta Anaya de sus talleristas son auténticos, sencillos y frescos; el rasgo común es que reflejan el contexto socio-cultural de nuestro país. Que predominen historias con tinte y tono periodístico entre la nota roja, policiaca y de escarnio político, no es una coincidencia.

Las creaciones dejan muy claro la principal cualidad de "El dinosaurio" en palabras de Eduardo Mosa y que cita Lauro Zavala: "un fragmento de adn capaz de crear todos los cuerpos posibles..." Los talleristas y los escritores de esta parte han tomado el texto y lo han integrado, modificado o desarrollado a su antojo. Por ser una historia incompleta puede ser desarrollada antes o después del microrrelato, puede entonces colocarse de forma idéntica o con pequeñas variaciones; y es así como puede desempeñar también distintas funciones literarias: la maleabilidad sintáctica, semántica y poética es potencializada, y lo seguirá siendo. No dudo que en adelante trascienda las barreras del género en que lo han sacralizado, el cuento. 

Como ya lo dejó entrever Juan Villoro, "El dinosaurio" puede aspirar a motivo de una ópera y me aventuro a imaginar que para una novela, para el guión de teatro o de un programa de radio, así como para la poesía no está vedado. 

 
 
 
 
   
La tercera vertiente, Monterroso y su microrrelato, corona el equilibrio del libro. Por un lado, está el sustento de la investigación, el ingenio de sus recreadores; y por el otro, las impresiones que Monterroso tiene del fenómeno provocado por su texto. Las entrevistas retoman lo que en algunos estudios literarios ya han considerado: la ironía y la profundidad del tratamiento de los temas, la brevedad, la complejidad y la relación con la poesía. La suma de estas cualidades las asume Monterroso y acepta que su pluma está condenada a las más diversas opiniones.

Lauro Zavala logra el equilibrio en esta compilación por la unión entre las tres vertientes, como apunté. Los lectores tenemos la garantía de que detrás de este libro hay una especialista que involucra armoniosamente el sentir imaginativo de los receptores y la opinión de su autor al respecto. Por lo pronto, ese diálogo interminable con el texto nos exige una lectura despierta con este libro.•

Lauro Zavala, El dinosaurio anotado. Edición crítica a "El dinosaurio" de Augusto Monterroso, México, Alfaguara/UAM, 2002, 136 pp.

*Susana Zaragoza H. (Guanajuato, 1971) es maestra en lingüística aplicada por la Universidad Virtual del itesm. Becaria en dos ocasiones del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Guanajuato. Entre sus publicaciones están La tentación de Orfeo. Antología poética (Ediciones La Rana, 2001), Encuentro. Poetas de Irapuato (Universidad Quetzalcóatl, 2002), ambos colectivos; e Historia de sombras (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2001).