[Semanario de la UAM | 20•03•2017]
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CIENCIA
Emplean UAM e IPN cáscara de jitomate
en procesos para obtener biopolímeros
Útiles para recubrir frutas,
elaborar bolsas o como moléculas
transportadoras de fármacos
C
ientíficos de la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM) y el Instituto Poli-
técnico Nacional (IPN) desarrollan biopo-
límeros a partir de residuos agroindustriales de
la cáscara de jitomate, cuya cutícula es útil en
procesos industriales de los sectores alimentario,
farmacéutico y cosmético.
En este proyecto –por el que recibieron el
Premio a la Investigación 2016 que otorga ésta úl-
tima casa de estudio– participan los doctores José
Campos Terán y Dolores Reyes Duarte, profesores
del Departamento de Procesos y Tecnología de la
Unidad Cuajimalpa, y Daniel Arrieta Báez y Mayra
Beatriz Gómez Patiño, científicos del Centro de
Nanociencias y Micro y Nanotecnologías (CNMN),
quienes consideran fundamental la formación de
recursos humanos con conocimientos y habilida-
des de ambas escuelas.
Desde hace varios años, este equipo de es-
pecialistas –conformado con el apoyo del anti-
guo Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito
Federal– ha estudiado las características de la
envoltura de este fruto para determinar si po-
see propiedades bioplásticas, que en las últimas
décadas han sustituido a otros plásticos en múl-
tiples aplicaciones.
La disminución en las reservas y el aumento
en los precios de los combustibles fósiles han
sido causa de un interés creciente en la búsque-
da de fuentes innovadoras de materia prima para
la síntesis de polímeros, por lo que los “plásticos
base bio” experimentaron un rápido crecimiento
debido a los beneficios medioambientales y a su
condición de recursos renovables.
Los académicos explicaron en entrevista que
cada año son producidas toneladas de desechos
vegetales, confinados en los tiraderos municipales
a cielo abierto y cuyo tratamiento representa una
problemática de grandes dimensiones, si se consi-
dera que sólo el desperdicio de jitomate ocupa 20
por ciento de invernaderos y centrales de abasto.
Arrieta Báez, coordinador del proyecto, añadió
que el recubrimiento de estos residuos agroin-
dustriales serviría para obtener monómeros,
aplicables en la síntesis de polímeros a través de
biocatálisis con lipasas mediante principios reno-
vables y que los compuestos logrados son biode-
gradables de uso posible en los sectores médico
y alimenticio, entre otros.
El investigador puntualizó que en la parte bá-
sica “teníamos que saber cómo era la estructura
de la cubierta de este fruto y cuáles eran sus com-
ponentes para proponer un modelo que, una vez
caracterizado, pudiera ser reconstruido de nuevo”.
En laboratorios
de la Unidad
Cuajimalpa son
efectuados
los métodos
enzimáticos.
Fotos: Michaell Rivera Arce